- El vehículo ha obtenido una rentabilidad del 11,4% en 2016 con una exposición a las bolsas del 35% de la cartera
- Asegura que su estilo de inversión es 'value investing', pero pide "no prostituir" el concepto
La coyuntura de los últimos meses, de elevada volatilidad en las bolsas y escasa rentabilidad (o nula e incluso negativa) en la renta fija, se convertirá en estructural y será la tendencia de la próxima década. Por ello, defiende Alberto Espelosín, habrá un lugar destacado para los fondos mixtos durante los próximos años como el que gestiona, el Abante Pangea, que obtiene un 11% de rentabilidad en 2016.
Un resultado que se produce con “una baja volatilidad”, ya que la exposición de la cartera a la renta variable está en el 35% del patrimonio, que se ha elevado desde los 90 millones de euros con los que inició 2016 hasta los 103 millones, explica Espelosín en una entrevista con 'Bolsamanía'. En concreto, el fondo mixto siempre tiene cerca de ese nivel la inversión en acciones, pero amplifica o reduce la exposición entre el 0% y el 140% de los activos a través de coberturas con derivados. Esta horquilla la divide en cuatro tramos, en función de la situación esperada para el mercado: conservador, entre el 0% y el 35%; moderado, entre el 35% y el 70%; agresivo, entre el 70% y el 105%; y audaz, entre el 105% y el 140%.
En los últimos tres años, se ha mantenido en el 35% por su escepticismo sobre la fortaleza de la economía. Precisamente, el análisis macro es clave en la gestión del fondo para determinar el “margen de seguridad” que exige en sus inversiones para limitar la volatilidad del fondo que puede provocar la inversión en renta variable. “No trato de prever el crecimiento o adelantarme a un dato de PMI, eso es imposible”, matiza, pero sí analiza variables como “la relación entre la productividad y los salarios para evaluar el ciclo de beneficios de las empresas” y otros indicadores para “encontrar señales de vigilancia”, como a su juicio provocan los “tipos de interés reales (nominal menos inflación) distorsionados”.
Analizo variables como la relación entre la productividad y los salarios para evaluar el ciclo de beneficios de las empresas y otros indicadores para encontrar señales de vigilancia
Precisamente, los tipos de interés bajos de la actualidad, a pesar del repunte reciente en las rentabilidades de los bonos, serán una de las características asentadas en la evolución de la economía durante los próximos años. Espelosín descarta presiones inflacionistas si el petróleo no se revaloriza con fuerza, lo que “permitirá a los bancos centrales políticas como las actuales ante el elevado nivel de deuda pública”, que a escala global supera el 220% del PIB, según el Fondo Monetario Internacional (FMI). El otro elemento diferencial, arguye Espelosín, será el envejecimiento de la población.
En este contexto, defiende la conveniencia de este tipo de gestión para inversores que busquen rendimientos sin asumir riesgos elevados, ya que da por hecho que la volatilidad será grande. “El problema en los próximos 10 años va a ser para el inversor de renta fija, que se ha quedado sin rentabilidad”, insiste Espelosín. “El Abante Pangea es un producto que se posiciona entre los depósitos, que casi no ofrecen retornos, y los fondos de renta variable. Es un fondo mixto con flexibilidad. Cuando veo oportunidades en renta variable entro, y cuando opto por una mayor cautela reduzco la exposición para preservar el capital”, añade el veterano gestor, que lleva en la industria desde 1993, con su primer análisis realizado sobre Acerinox.
El vehículo, que tiene tanto inversores particulares como institucionales -en torno al 50% en cada caso-, obtuvo un 11% de rentabilidad en 2016 con una volatilidad de apenas el 5%, asegura el gestor. “La ratio de Sharpe -compara retorno y riesgo- ha sido muy alta, con una importante creación de alfa -rentabilidad frente al mercado-”, agrega.
La inversión en renta fija está centrada en depósitos o en letras del Tesoro. Instrumentos para “preservar el capital”, ya que la rentabilidad trata de lograrla con las acciones, indica. En este caso, el universo de inversión es global, aunque el 80% de los activos invertidos en bolsa está posicionado en acciones europeas. Asimismo, las acciones de pequeña capitalización no sobrepasan el 20% de esta parte de la cartera.
En renta variable, el experto proyecta una primera mitad de año al alza para los índices bursátiles, y pone como nivel potencial los 9.800 puntos en el Ibex, los 3.450 en el Euro Stoxx y los 2.300 en el S&P 500. Alzas motivadas por el incremento de la inflación, especialmente hasta marzo. Pero después, prevé “correcciones”, especialmente en Estados Unidos, donde “Wall Street está más caro que en Europa”.
DESMARCARSE DE LA MEDIA
El estilo de inversión es “value investing”, señala Espelosín. Es decir, buscar acciones atractivas por fundamentales que estén infravaloradas por el mercado y tengan por lo tanto potencial para subir. No obstante, pide “no prostituir el término”. “Algunos llevamos haciéndolo mucho tiempo, y sólo se puede llevar a cabo con la independencia que te da la posibilidad de desmarcarte de la media. En la banca es difícil”, añade. Además, cree que muchos fondos se han adscrito a esta corriente para elevar su capacidad de captación. Asimismo, matiza que “desde Benjamin Graham el mercado ha cambiado mucho”, y señala al inversor Howard Stanley Marks (1946, Nueva York), cofundador de Oaktree Capital Management, como uno de los mejores ejemplos para entender en la actualidad del 'value'.
Bajo esta filosofía, explica que en el proceso de selección se fija en la escena macro, los sectores más beneficiados por su previsión de tipos de interés bajos, y busca “empresas con potencialidad para generar flujos libres de caja”. El análisis combina las cifras de las compañías con la presencia en seminarios y visitas a los equipos gestores, señala Espelosín. Mientras que las acciones salen de la cartera cuando “la cotización alcanza el precio objetivo o hay cambios en la gestión”.
La mayor exposición en renta variable del fondo es al sector de las telecomunicaciones, 'utilities' y farmacéuticas. “Los valores más defensivos han tenido un comportamiento desastroso desde junio, pero tenderán a subir este año”, señala Espelosín, que cita a la alemana E.ON, “con un potencial tremendo”; a la francesa Engie, en su “proceso de reestructuración”; o a la teleco británica British Telecom, por su “capacidad para generar flujo de caja”. Firmas, explica, que tienen un nivel de endeudamiento reducido, otro factor considerado en el análisis.
El gestor, eso sí, no tiene exposición al sector financiero, al contrario que los otros dos fondos de autor de Abante, gestionados por Josep Prats y por José Ramón Iturriaga. “Entré en los bancos a principios de 2016, el sector subió después y recogí beneficios. El margen de seguridad ya está agotado, aunque vayan a mejorar los beneficios por el ciclo de provisiones”.