El pago con tarjeta está a camino de convertirse en un medio totalmente vital para los consumidores. Su uso está cada vez más implantado en la sociedad debido a la comodidad y a que cada vez se lleva menos efectivo en el bolsillo. Sin embargo, España continúa siendo un país ligado al dinero en metálico. De hecho, todavía hay cuatro de cada diez comercios que no acepta abonar las compras con tarjeta.
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Entre las tiendas que sí que admiten el pago con tarjeta, la razón principal para el 85% de ellas es la mayor comodidad y el buen servicio. El segundo mayor beneficio es el hecho de que facilita las ventas (65%), mientras que el 58% lo acepta porque lo demandan los clientes. La seguridad (30%) y la rapidez (25%) alcanzan su máximo histórico y se sitúan entre los principales cinco motivos por los que las empresas aceptan el pago con tarjeta.
Así lo recoge el último barómetro elaborado por Mastercard. En él también se incluye que el importe medio de las compras con tarjeta sigue aumentando con respecto al de las compras en efectivo, hasta llegar a los 1.146 euros. De hecho, es ya un 125% superior. En comparación con años anteriores, el importe medio de las compras con tarjeta también ha aumentado, ya que en 2017 fue de 970 euros, mientras que en 2015 no superaba los 371 euros.
Esta forma de pago "está cada vez más implantado en nuestra sociedad, ya que los consumidores demandan métodos de pago fáciles, rápidos y seguros". Es más, "está dejando de ser una opción" en los negocios de cara al público para convertirse en "algo vital para satisfacer a más clientes", explica la directora general de Mastercard España, Paloma Real. Sin embargo, "España sigue siendo un país muy ligado al efectivo, sobre todo en zonas rurales".
De todas maneras, y pese a la evolución de otras fórmulas como el móvil, el uso de la tarjeta continúa creciendo año tras año. En total hay en circulación alrededor de 85 millones, un récord histórico al que ha contribuido el repunte de las de débito, que suman casi 48 millones, según el Banco de España. Un reflejo más de que el uso de las tarjetas de crédito y débito sigue creciendo, pese a la fuerte competencia de las nuevas modalidades de pago, es que durante el año pasado se realizaron compras por un total de 147.431 millones de euros, un máximo histórico que se va batiendo cada año desde 2013, según un estudio elaborado por la consultora AIS Group.
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