Ahorro acumulado por las nubes, rentabilidad de los depósitos bajo mínimos e inflación al alza. Son tres factores que a muchos están empujando hacia la inversión. ¿Qué hacer con el dinero? El ahorrador actual tiene que dar el paso y convertirse en inversor para no ir empobreciéndose. Sin embargo, muchos comienzan este viaje sin saber dónde van y qué van a necesitar para tener éxito. Y eso suele acabar mal.
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La banca golpea al ahorrador: más entidades recortan rentabilidad de cuentas y depósitosSegún datos del Banco de España, el ahorro de las familias ha ido en aumento, sobre todo durante los meses de confinamiento, que potenciaron que se situara en máximos. Por su parte, las inversiones en fondos también han crecido, alcanzando su nivel más alto y representado ya un 15% del ahorro particular. Y es que, teniendo en cuenta que la inflación va en aumento y que la remuneración de los depósitos ha pasado a ser mínima o nula, muchos ahorradores españoles se plantean pasar a ser inversores.
"El ahorrador actual tiene que dar el paso y convertirse en inversor para no ir empobreciéndose", señalan desde Finletic. Su presidente, Rafael Juan y Seva, explica que en los últimos tiempos la remuneración que ofrecen los depósitos bancarios ha pasado a ser nula o negativa como consecuencia de la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) y "esta situación complica la toma de decisiones de los ahorradores, que saben que ahorrar es necesario, pero no es suficiente si se tiene en cuenta el efecto perverso que ejerce la inflación sobre el ahorro".
Apunta que la parte más importante del proceso inversor, al contrario de lo que muchos puedan pensar, no es escoger los productos, sino "realizar una buena reflexión sobre los objetivos y necesidades a satisfacer y asegurarse de que la política de inversión recoge todos esos objetivos en diferentes plazos temporales. Eso será lo que determinará todo lo demás". Además, "es fundamental pasar del ahorro a la inversión, dejando de lado la especulación", dice.
Considera que cualquier persona, incluso antes de tener ahorro, debería ir pensando los objetivos que tendrá que ir satisfaciendo, para que, conforme pueda ir ahorrando, sea capaz de invertir acorde a los objetivos y necesidades planteadas. "Con esto se logrará, por un lado, no tener más tesorería de la cuenta, lo cual tiene un coste de oportunidad, y por otro lado, hacer una asignación de recursos responsable y ajustada a los objetivos y necesidades personales".
A modo de ejemplo, si una persona dispone de un ahorro de 100 unidades y no está invertido, asumiendo que cada año haya un 2% de inflación, el año que viene, esas 100 unidades, solo podrán comprar lo equivalente a 98 unidades, es decir, con el paso del tiempo el poder de compra irá disminuyendo. "La única alternativa para no empobrecerse con el tiempo es invertir el dinero ahorrado", concluye.