La tecnología es un arma poderosa para luchar contra la exclusión financiera. Tanto, que la gestión de las finanzas a través del teléfono móvil puede hacer que más de 600 millones de personas tengan acceso a un producto financiero, lo que supone reducir en más de una tercera parte la población del todo el mundo que no tiene una cuenta bancaria.
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El acceso al dinero a través del móvil significa un primer paso hacia la inclusión financiera. Más del 60% de la población mundial sin acceso a servicios bancarios se concentra en apenas 15 países. En ellos, el número de personas con teléfono móvil supera en varios millones al de titulares de una cuenta bancaria. Esto significa que "la tecnología móvil puede brindar acceso inmediato a los beneficios de la inclusión financiera", según un informe elaborado por Mastercard.
En estas zonas, la falta o escasez de servicios financieros provoca que la población recurra a proveedores informales como, por ejemplo, asociaciones de ahorro vecinales, prestamistas locales o servicios de remesas sin licencia. Algo que hace que se carezca de protección legal, se afronten importantes riesgos y se pueda llegar a pagar mucho más por un producto muy inferior.
El estudio destaca que, no obstante, "no basta con ofrecer acceso a los servicios financieros", sino que para "impulsar un cambio real, también hay que conseguir que las personas se conviertan en usuarias activas de productos financieros". De hecho, un 20% de las personas que tienen una cuenta bancaria o la posibilidad de gestionar el dinero a través del móvil no los ha usado más de una vez al año, y mucho más a menudo, solo lo hacen de manera ocasional.
Sin embargo, la reducción de esta exclusión financiera a través de la tecnología puede tener una contrapartida: que la brecha de género existente en estas zonas se hiciera más profunda. "Las mujeres tienen menos probabilidades de haber realizado o recibido un pago digital, utilizan más los servicios financieros informales y tienen menor capacidad de obtener fondos en caso de emergencia", explican desde Mastercard, añadiendo que ya en los países desarrollados existen ocho puntos porcentuales de diferencia en titularidad de cuentas, lo que significa que un 67% de los hombres posee una, frente a un 59% de las mujeres.
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