Vuelve a crecer la burbuja del endeudamiento. Por lo menos entre las familias, ya que cada vez son más las que solicitan operaciones de refinanciación o agrupación de deudas. La proliferación de múltiples tipos de productos de financiación lleva a que el crédito al consumo crezca, pero lo haga también su morosidad.
La demanda de refinanciación o agrupación de deudas creció en noviembre un 44% en comparación con el mismo mes del pasado ejercicio. Este aumento supone una diferencia de 20 puntos respecto al incremento registrado como promedio en el primer semestre del año.
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Más del 20% de los que ya tienen un préstamo piensa pedir otro en un añoAdemás, la morosidad total en crédito al consumo crece por encima del 10%. Y dentro de éste, en la modalidad de crédito para la adquisición de bienes duraderos, el incremento supera el 20%, todo esto, según el Registro de Expedientes de Agencia Negociadora. Y todo, en un contexto en el que el crédito al consumo ha crecido un 56% en los últimos tres ejercicios, como recogen los datos del Banco de España.
"El fuerte aumento del endeudamiento de las familias está provocando que muchas de ellas se planteen soluciones financieras a su alcance antes de que surjan problemas de impagos que puedan desencadenar situaciones irreversibles", aseguran desde la firma especializada en intermediación financiera.
Consideran que esta situación tiene "cierto riesgo", debido principalmente a la proliferación de oferta crediticia no tradicional, como los microcréditos, los créditos rápidos, los preconcedidos o el revolving, que "no ayuda a tener un endeudamiento ordenado". El hecho de no serlo "lo convierte automáticamente en mal endeudamiento", que es el nuevo sobreendeudamiento.
"Endeudarse mal es distinto que endeudarse mucho", por lo que empieza a cobrar más importancia la naturaleza de la deuda personal o familiar que su cuantía total, afirman. Y esto se explica por una razón: "la financiación más fácil de conseguir es la más cara y con más riesgo de ser impagada". Una idea que viene representada en lo que la Agencia Negociadora denomina como la escalera del endeudamiento.
Empieza a cobrar más importancia la naturaleza de la deuda personal o familiar que su cuantía total
En el primer peldaño se encontrarían las hipotecas. Se trata de la deuda más barata, aunque de mayor cuantía, concedida por los bancos y sujeta a un análisis de la capacidad de reembolso. Le siguen los préstamos personales y los preconcedidos por las entidades financieras. A partir de aquí comienza lo que pasaría a llamarse "mal endeudamiento".
En los siguientes escalones está la financiación al consumo, donde el criterio de concesión es más leve y la tramitación más rápida, pero los interesen empiezan a ser más altos. Igual que lo es el riesgo de impago. En los últimos peldaños se sitúan las tarjetas revolving. Su funcionamiento se basa en pagar una cuota fija, con unos intereses, independientemente de la cantidad dispuesta del crédito. Esto hace que sea prácticamente imposible dejar de pagar algún día, por lo que son el tipo de deuda que más compromete la capacidad financiera de las familias.
En el último lugar, los microcréditos se colocan como "la cumbre del mal endeudamiento". Es dinero concedido al instante, con un plazo de devolución muy pequeño pero con unos intereses superiores al 1.000%.