La demanda de crédito destinado a consumo de los hogares ha dejado de crecer. A su vez, los criterios de aprobación de este segmento de financiación se endurecieron ligeramente en el último trimestre del año pasado, mientras que se prevé que en los próximos meses la morosidad afecte negativamente sobre la oferta de este tipo de créditos, según los últimos datos del Banco de España.
En el cuarto trimestre de 2018, el segmento de financiación a familias para consumo y otros fines "habría dejado de crecer" al mantenerse estable durante el cuarto trimestre de 2018, después de varios trimestres de fuerte crecimiento.
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Los españoles piden más créditos y de mayor importe los primeros días del añoDe acuerdo con la Encuesta de Préstamos Bancarios, esta evolución sería resultado de varios factores que han ejercido efectos contrapuestos. Así, "el bajo nivel general de los tipos de interés, el mayor gasto en bienes de consumo duradero y el aumento de la confianza de los consumidores habrían favorecido un crecimiento de las solicitudes, mientras que el ascenso de la financiación interna mediante ahorros, junto con un mayor uso de préstamos de otras entidades y de otra financiación externa, habría afectado en la dirección contraria".
Por su parte, la demanda de préstamos en España "se habría reducido ligeramente en los créditos a empresas y en los concedidos a hogares para adquisición de vivienda". Algo motivado, según las entidades, por los cambios regulatorios o fiscales del mercado, en particular, la próxima entrada en vigor de la nueva ley reguladora de los contratos de crédito inmobiliario.
A estas conclusiones se suma que, en el último trimestre del pasado año, los criterios de aprobación de créditos se endurecieron ligeramente en los préstamos concedidos a hogares para consumo y otros fines, mientras que se mantuvieron "sin cambios apreciables" en el segmento de créditos a familias para adquisición de vivienda.
Esta evolución, como explica el Banco de España, se habría producido fundamentalmente como consecuencia de la menor solvencia percibida de los prestatarios, pese a que las buenas perspectivas económicas generales habrían ejercido una ligera influencia en sentido contrario, aunque no de suficiente entidad para contrarrestar el efecto del primer factor.
El endurecimiento de los criterios de concesión de crédito al consumo puede deberse a que los mercados empiezan a anticipar una subida de los tipos de interés por parte del BCE
En cambio, las condiciones generales de este tipo de créditos se suavizaron de nuevo, como resultado de la mayor competencia. En particular, se habrían estrechado los márgenes aplicados a los préstamos ordinarios, mientras que los márgenes de los créditos de mayor riesgo y el resto de las condiciones se habrían mantenido estables.
En este sentido, las entidades destacan que los menores costes de financiación y una mayor disponibilidad de fondos habrían podido favorecer una cierta relajación, aunque esto no fue suficiente para que variaran los criterios.
La ministra de Economía y Empresa, Nadia Calviño, considera que el endurecimiento de los criterios de concesión de crédito al consumo puede deberse a que los mercados empiezan a anticipar una subida de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE). "A partir del verano habrá subida de tipos de interés del BCE y por tanto es lógico prever que a partir de ahora empiece el mercado a anticipar ese aumento de los tipos de interés", afirmó este martes en una rueda de prensa posterior a la reunión de ministros de Finanzas de la Unión Europea (Ecofin).
De cara a los primeros meses de 2019, las entidades españolas encuestadas prevén que los criterios de concesión de préstamos se endurecerán ligeramente en todas las modalidades, algo que no ocurría desde 2012. De cumplirse las previsiones, en cuanto a la demanda, las peticiones de fondos aumentarían en el segmento de hogares para adquisición de vivienda y se mantendrían estables en el de los préstamos a las familias para consumo y otros fines.
Por otro lado, respecto a la morosidad, la encuesta refleja que, para el primer semestre de 2019, podría tener un "efecto negativo" sobre la oferta de crédito en el segmento de préstamos a hogares para consumo y otros fines, a pesar de que a finales del año pasado "no tuvo ninguna repercusión" ni sobre los criterios ni sobre las condiciones aplicadas a los préstamos.