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Con el objetivo de evitar la exclusión financiera, especialmente de los colectivos sin recursos, el Gobierno ha aprobado la creación de las cuentas de pago básicas. Tienen un coste máximo de 3 euros al mes y gratuitas para los ciudadanos más vulnerables. Sin embargo, cuál es la diferencia entre éstas y las cuentas sin comisiones que ya ofrecen muchos bancos.

A partir de ahora, todos las entidades de crédito deberán ofrecer las cuentas de pago básicas a cualquier ciudadano. Su objetivo es facilitar el acceso a los servicios financieros "para permitirles realizar servicios bancarios básicos como tener domiciliada la nómina, disponer de una tarjeta de débito, realizar retiradas de efectivo en cajeros y transferencias", como explica el Ministerio de Economía.

Entre los aspectos específicos de este tipo de cuentas está que no podrán tener un coste superior a 3 euros al mes, en línea con el de otros países de europeos. Esta cifra cubre todos los servicios, incluyendo un límite de transferencias y domiciliaciones de 120 operaciones al año, cuando se supere ese número, las comisiones no podrán ser superiores a las que aplique la entidad de forma habitual.

También garantizan el uso de tarjetas de débito, las transferencias, los depósitos de fondos y la retirada de efectivo en la entidad o en cajeros. Además, los clientes podrán traspasar sus cuentas entre entidades con más facilidad.

Una de las peculiaridades es que los clientes que contraten una de estas cuentas podrán utilizar las sucursales para ingresar o retirar dinero. Algo que no es posible con las cuentas sin comisiones que ofrecen los bancos, en las que se exige una operativa totalmente digital. A lo que hay que añadir, en algunas ocasiones, el mantenimiento de un determinado saldo, realizar un número mínimo de movimientos con la tarjeta o algún tipo de vinculación extra.

De hecho, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) señala que en el mercado español existen alternativas que, sin ser cuentas de pago básicas, permiten tener una cuenta corriente sin comisiones, con la posibilidad de domiciliar recibos y realizar transferencias sin coste, así como disponer de una tarjeta de débito asociada que permite realizar pagos y extraer dinero en cajeros. Por ello, considera que la comisión fijada es "excesivamente elevada".

REQUISITOS "EXCESIVOS"

Garantizan el uso de tarjetas de débito, las transferencias, los depósitos de fondos y la retirada de efectivo en la entidad o en cajeros

En el caso de personas en situación de vulnerabilidad o riesgo de exclusión social, el texto aprobado por el Gobierno de Pedro Sánchez establece el acceso gratuito a estas cuentas. Para determinar si se encuentra en situación de vulnerabilidad se evaluará la renta y el número de miembros de la unidad familiar. En este caso, no tendrán coste para personas con ingresos inferiores anuales inferiores a 12.908 euros, en el caso de que no estén integradas en ninguna unidad familiar.

Para las que esté integradas en una unidad familiar de menos de cuatro miembros, la renta de referencia para poder optar a una cuenta básica sin comisiones es de 16.135 euros anuales, mientras que en el caso de familias numerosas la referencia es de 19.362 euros al año. Las personas que acrediten su condición de vulnerabilidad podrán acceder a estas cuentas básicas de manera gratuita durante dos años, salvo que el banco demuestre antes que ya no se encuentran en esa situación.

Unas condiciones que son "excesivamente estrictas" y ponen en riesgo la eficacia de esta medida, añade la OCU, que considera que la aportación de documentación exigida para acreditar el cumplimiento de estos requisitos es "abundante", lo que hace a las cuentas de pago básicas "menos atractivas" en comparación con las que no tienen comisiones, al tener que esperar tanto tiempo para disponer de ella.

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