El efectivo cada vez se utiliza menos como medio de pago a la vez que las tarjetas despuntan a la hora de abonar las compras. Un hecho que hace pensar si el dinero en metálico acabará desapareciendo. Mientras desde un lado aseguran que así será, y ni muy tarde, desde otro piden que se actúe para no llegar ahí. Entre las causas se colocan la necesidad de preservar la libertad de elección de los consumidores o evitar la exclusión financiera.
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El cierre de cajeros y el Covid entierran el dinero en efectivo: desaparecerá en diez añosEntre los españoles, el 90% defiende la permanencia del efectivo como método de pago, hasta un 88% considera que debe garantizarse a los consumidores, más del 70% cree que es necesario en nuestra sociedad y un 77%, además, lo califica como un bien público, según se desprende la 'Encuesta sobre la necesidad de permanencia del dinero efectivo', encargada por la Plataforma Denaria a GAD3.
Detalla que la percepción de importancia del efectivo (95%) es muy superior que en el caso de otros métodos de pago. Para el 68% de la población española, hasta 24 millones de personas, es importante disponer de efectivo en su día a día. La relevancia del efectivo aumenta entre los segmentos de población más mayor -más de un 79% de los mayores de 65 años- y en las zonas menos pobladas -un 74% de los ciudadanos de localidades de menos de 10.000 habitantes-. De hecho, actualmente, más de 14 millones de españoles utilizan el efectivo a diario como principal medio de pago, el 41% de la población mayor de 18 años. Aunque este porcentaje aumenta considerablemente entre los mayores de 65 años: para el 63% de ellos el efectivo es su forma de pago más habitual.
Es más, el 71% de los encuestados vería con buenos ojos que el Gobierno de España mantuviera una postura de defensa del uso del efectivo ante la Unión Europea. Curiosamente, la defensa del efectivo es igualmente mayoritaria entre aquellos que declaran ser usuarios habituales de los pagos con tarjeta: el 84% de ellos se muestra contrario a que desaparezca el efectivo y solo existan métodos de pago electrónicos. La permanencia del efectivo se respalda con fuerza entre los españoles que residen en las localidades más pequeñas: el 91% en los municipios entre 10.000 y 50.000 habitantes y el 90% en los de menos de 10.000 habitantes.
EXCLUSIÓN FINANCIERA
"Más de 2,5 millones de personas reconoce que ha tenido alguna dificultad para pagar en efectivo en el último año y un 88% de los españoles asegura que el uso de las formas de pago digitales excluye a determinados estratos sociales. La desmonetización puede perjudicar a sectores económicos clave en este momento y, además, puede ser un motivo de exclusión de una parte importante de los españoles, como son los mayores, las personas con discapacidad o aquellos ciudadanos que viven en fuera de las grandes ciudades y que, por lo tanto, tienen mayor dificultad de acceso a sistemas digitales de pago o son socialmente más vulnerables", explica el presidente de GAD3, Narciso Michavila.
"Este es un bien social de primera magnitud, un mecanismo de participación y socialización, que empodera a personas y grupos que de otro modo quedarían enormemente debilitados en términos de inclusión. El efectivo debe ser blindado legalmente, dejado siempre en la persona el poder de decisión de usar el medio de pago que libremente elija, en función de sus preferencias y circunstancias. La unidimensionalidad forzada en los medios de pago en favor de las transacciones electrónicas aumentaría exponencialmente la vulnerabilidad no solo financiera, sino también social de las personas con discapacidad", expresa el presidente del CERMI, Luis Cayo Pérez Bueno.
También, el aumento de los pagos digitales supone un incremento de las comisiones para los consumidores (68% de los españoles), siendo en cambio una importante fuente de ingresos para las grandes empresas tecnológicas según declara el 82% de los encuestados. Además, el 78% muestra preocupación por la exposición y filtración de sus datos personales y por el conocimiento que pueda tenerse de las cantidades depositadas en sus cuentas bancarias.