La sequía que se está produciendo en nuestro país ha elevado los precios del aceite de oliva a niveles récord que no se habían visto en los últimos 26 años, según datos del Fondo Monetario Internacional. Además, no se espera que estos precios bajen pronto, lo que ha llevado al 83% de los españoles a reducir drásticamente su consumo.
Kyle Holland, analista de Mintec, ha recordado que las malas condiciones climatológicas han provocado que España produzca "una cosecha de aceite de oliva de unas 630.000 toneladas, por debajo de la cosecha habitual de 1,4 a 1,5 millones de toneladas", recoge CNBC.
A lo largo del mes de marzo, España solo tuvo un 36% de precipitación media, lo que supuso el mes número 36 consecutivo con precipitaciones por debajo de lo normal. Además, la presión en la demanda dificulta aún más el proceso de las cadenas de suministro.
Esto ha provocado que el Gobierno haya decidido rebajar el IRPF un 25% para ayudar a agricultores y ganaderos. A su vez, también ha planteado ayudas específicas a sectores en situaciones más vulnerables, como es el caso del olivar, que junto al almendro y la apicultura muestran una reducción del 50%. En total, el conjunto de las reducciones se prevé que alcance alrededor de los 1.800 millones de euros de rebaja, la más alta en los últimos diez años.
Desde la pandemia, cuando los ciudadanos se encontraban siempre en casa, el precio del aceite de oliva no ha parado de elevarse, y con la escasez de aceite de girasol a causa de la guerra de Ucrania, la demanda ha crecido exponencialmente. No obstante, la bajada en el consumo de este producto podría favorecer que la presión descienda, aunque difícilmente lo hará lo suficiente como para apreciarse una bajada sustancial de precios, que podrían mantenerse en máximos históricos hasta el próximo año de cosecha.
Por otra parte, los consumidores ya comienzan a restringir ciertos alimentos de su dieta para ahorrar en una cesta de la compra cada vez más cara. No solo se ha disminuido el consumo de aceite de oliva, sino que el 79% de los encuestados ha dejado de consumir en tanta cantidad pescados y mariscos, y un 72% ha reducido la fruta y la verdura de su dieta.
En cuanto al consumo de productos frescos, el 31% hace la compra de manera semanal para poder consumirlos, a pesar de que los productos congelados permiten ahorrar más dinero en la cesta de la compra y no disminuyen la calidad nutricional del alimento. En total, los españoles gastamos de media cada vez que hacemos la compra entre 60 y 89 euros, dependiendo de determinados factores demográficos.