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El año acaba con los tipos de interés en el 3% y la previsión de que el Banco Central Europeo (BCE) siga recortándolos en 2025. Las rentabilidades de los depósitos han ido perdiendo brillo en los últimos meses. De hecho, ya es difícil ver que lleguen al 3%. Con este escenario, ¿dónde pueden los ahorradores encontrar productos con intereses interesantes?

El organismo europeo mantendrá el rumbo hacia tipos más bajos. Tras dos años de política monetaria restrictiva, el BCE decidió en 2024 dar un giro a su estrategia llevando a cabo cuatro recortes de los tipos de interés de 25 puntos básicos (en junio, septiembre, octubre y diciembre).

"La máxima autoridad bancaria europea continuará por la senda bajista" y podría situar su tipo de referencia cerca del 2% en 2025. Esto provocará ajustes significativos en productos financieros como las cuentas remuneradas o los depósitos, con lo que "esta podría ser la última llamada para obtener buenos rendimientos", señalan desde el comparador financiero HelpMyCash.

Estos recortes los van a notar, sobre todo, los ahorradores más conservadores. "Los depósitos al 3% TAE tienen los días contados, al menos los que tienen un plazo superior a doce meses. Es posible que la remuneración de los depósitos a corto plazo aguante algo más de tiempo, pero cada vez van a quedar menos opciones al 3% TAE o superior y lo más probable es que desaparezcan pronto", añaden.

Pero los movimientos del BCE no solo han disminuido las rentabilidades, sino que también han llevado a modificar la estrategia de inversión en plazos fijos. Si antes se aconsejaban depósitos a un año, la previsión de futuras bajadas de tipos hace que alargar el plazo sea ahora más efectivo, siempre que sea posible prescindir del dinero durante ese tiempo.

"Contratar un depósito con una rentabilidad del 3% TAE para plazos de uno, dos o tres años sigue siendo una opción atractiva para maximizar los ahorros sin riesgo y asegurar una buena rentabilidad para los próximos años". Por ello, sugieren optar por depósitos a plazos más largos, asegurando la máxima rentabilidad antes de que se consoliden los cambios.

En cuanto a las cuentas de ahorro, igualmente están dejando atrás la era dorada de rentabilidades elevadas, pero creen que siguen siendo una opción interesante. No obstante, también avisan de que esta oportunidad tiene fecha de caducidad: "El escenario actual de rendimientos altos es una ventana que se cerrará a medida que el BCE continúe reduciendo sus tipos de interés".

Ante esto, la banca está apostando por captar clientes mediante otro tipo de incentivos. Así, prevén que la domiciliación de nóminas se convertirá en el principal objetivo para las entidades financieras en 2025, que compiten ofreciendo regalos atractivos como estrategia de fidelización.

Mientras, las Letras del Tesoro, que en 2024 alcanzaron una gran popularidad gracias a rentabilidades superiores al 3%, perderán parte de su atractivo. Vaticinan que, en 2025, con el continuado ajuste de los tipos, los rendimientos de estos instrumentos podrían caer por debajo del 2% para el plazo de 12 meses. "Aunque siguen siendo una opción válida, los inversores conservadores deberán buscar alternativas más competitivas como los depósitos o fondos monetarios", dicen.

Por su parte, en el caso de los fondos monetarios, un producto hasta ahora desconocido por el inversor conservador que ha ganado protagonismo en el último ciclo económico, también se espera una caída en sus rendimientos, aunque su capacidad para proteger el capital frente a la inflación los mantendrá como una opción interesante.

Independientemente de la política monetaria de los bancos centrales, 2025 podría traer también cambios en el mercado bursátil.

El rendimiento extraordinario del S&P 500 ha generado un debate creciente entre analistas e inversores sobre la posibilidad de una corrección, que muchos consideran inminente tras años de crecimiento sostenido. Según el comparador financiero, "si los datos históricos son representativos del futuro, es muy probable que el rendimiento del S&P 500 en los próximos 10 años sea significativamente más bajo que el de la última década".

La corrección en Wall Street, sin embargo, lleva años siendo objeto de debate, pero nadie sabe con certeza cuándo ni cómo ocurrirá. "Podría materializarse en 2025 si una desaceleración global afecta a los mercados. Sin embargo, factores como el creciente interés de inversores europeos y asiáticos en la renta variable estadounidense o incluso políticas como las reducciones de impuestos prometidas por Donald Trump podrían mantener las cotizaciones al alza", afirman.

Sin embargo, "es imposible predecirlo con exactitud", matizan. Y, ante esta incertidumbre, insisten en la importancia de la diversificación y en adaptar las estrategias de inversión para estar preparado ante posibles caídas. Además, recuerdan que cualquier inversión "debe ajustarse a los objetivos y horizonte temporal del inversor, para evitar tener que vender participaciones durante una eventual caída del mercado".

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