Análisis Técnico
Hace unos días alguien me preguntaba sobre las consecuencias de todo aquello, y si realmente se puede dar por finalizado. En mi opinión, por el momento las mayores consecuencias las iremos conociendo en los próximos meses. Especialmente cuando la mayor transparencia y claridad en la contabilidad empresarial, conseguida tras la fuerte inestabilidad de los últimos meses, facilite la recuperación de la confianza de los inversores.
Una confianza que también se extenderá hacia los analistas y las auditorías. Por lo que respecta a si el proceso se puede dar por finalizado, las medidas de las autoridades norteamericanas han sido muy contundentes para lograrlo.
En diciembre del 2001 quebró Enron. Pero el mercado lo consideró como un hecho aislado, un caso excepcional de corrupción empresarial. La preocupación aumentó a lo largo de la mitad de este año a medida que conocíamos más detalles sobre la energética. Esto generó dudas sobre la existencia de otros casos de irregularidades entre las empresas USA. El 26 de junio se hizo público que WorldCom había inflado sus beneficios en los últimos años. Entre medias, conocimos numerosos casos de contabilidad irregular.
En muchos casos no se trataba tanto de irregularidades penalizables legalmente como moralmente. Las empresas auditoras y los analistas también fueron afectadas, en el segundo caso un proceso que aún no parece haber finalizado.
La confianza es fundamental para las bolsas. Los inversores en bolsa trabajan sobre las expectativas futuras para las compañías, lo que hace necesario partir de una información de ellas lo más completa y clara posible. Por tanto, los diferentes casos conocidos de contabilidad irregular cuestionaban la raíz misma de la inversión en bolsa. La reacción de las autoridades USA no se hizo esperar.
Por un lado, la SEC exigió el 27 de junio que los consejeros delegados y los directores financieros de casi 950 compañías USA firmaran una declaración jurada certificando la integridad y exactitud de los estados financieros. Esta orden se exigía para las empresas con unos ingresos anuales superiores a 1.2 bn.$. El plazo era hasta la presentación del primer informe anual o trimestral siguiente.
La orden expira el 31 de enero de 2003. Hasta el 14 de agosto, 694 compañías presentaron las declaraciones juradas de su dirección; 247 las tendrán que presentar hasta principios del próximo año. Por otro lado, el 30 de julio el presidente Bush firmó la ley Sarbanes-Oxley que obligaba a incluir informaciones adicionales en cada presentación de resultados. Además, se ampliaba la obligación de comunicación a todas las sociedades emisoras de valores en USA, o que tuvieran acciones (nacionales o extranjeras) cotizadas en las bolsas USA.
Aunque los procesos de corrupción empresarial fueron escasos en Europa, lo cierto es que las autoridades europeas también tomaron medidas para prevenirlos. En junio de 2002 se adoptó un nuevo sistema de declaración aplicable a todas las sociedades de la zona EMU admitidas a cotización. Y a partir del 2005 las empresas deberán presentar sus cuentas consolidadas de conformidad con las Normas Contables Internacionales (IAS).