Las noticias de que Francia ha amenazado con vetar el acuerdo del Brexit están empezando a moldear los mercados para aceptar que pese a que el tratado que regirá las relaciones comerciales a partir del 1 de enero se cierre a tiempo, el drama del Brexit no llegará a su fin el 31 de diciembre, como todos esperamos. Los bloques negociadores trabajan en un documento que estará listo antes de esa fecha -tan pronto como este fin de semana, según algunas fuentes-, cumpliendo a ojos de la opinión pública el compromiso adquirido el año pasado, pero los Estados miembros lo rechazarán, si hacemos caso a la postura de París, respaldada por España, Italia, Bélgica, Holanda y Dinamarca. El desenlace es “una futura ronda de negociaciones en 2021”, según Russ Mould, director de inversiones en AJ Bell.
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Francia amenaza con un veto al acuerdo del Brexit si hay demasiadas concesiones“Los inversores pronto empezarán a tomarse más en serio la posibilidad de que haya acuerdo este año, pero que no se firme y que se continúe con el toma y daca el año próximo, cuando Reino Unido tendrá una posición negociadora más débil”, argumenta. “Este sería un cambio total de los eventos dado que el consenso pensaba que estábamos a punto de llegar a un pacto, terminando así el año con una nota más positiva junto con las noticias sobre las vacunas”, agrega el experto.
Así, a días de que concluya la prórroga dada en 2019 para que Londres y Bruselas dirimieran los entresijos de los futuros intercambios comerciales, la desincronización entre los equipos negociadores y los gobiernos de los Veintisiete se hace patente. El objetivo de los primeros es cumplir con la tarea encomendada y presentar un documento a tiempo, mientras los segundos buscan marcar terreno y aprovechar que son el centro de atención “para lanzar proclamas políticas destinadas al consumo de sus ciudadanos”, señala Michael Hewson, analista de CMC Markets. El experto alude a la amenaza francesa sobre la pesa como una maniobra interna, mientras la realidad es que, de no haber acuerdo, los pescadores franceses saldrán muy perjudicados.
CUANTO MÁS RUIDO, MÁS CERCANO EL ACUERDO
En cualquier caso, los expertos insisten en que pese a que el texto se cierre entre el viernes y el fin de semana, otra cosa muy distinta es que la UE lo ratifique en la cumbre del 10 y 11 de diciembre, para luego ser enviado a tiempo al Parlamento Europeo a mediados de mes. En este sentido, fuentes de la UE han señalado que muy pronto podrán evaluar el progreso de la última semana y sus homólogos británicos han destacado los avances, pese a que han subrayado que Londres no firmaría un acuerdo que no fuera de su interés.
'Reuters' recoge los testimonios de varios diplomáticos que aseveran que los negociadores, Michel Barnier de la UE y David Frost de Reino Unido, puden sellar un acuerdo antes del domingo, por lo que las próximas 24-48 horas son cruciales. “Los signos de tensión que manifiestan los líderes de la UE son, de hecho, una prueba de que las conversaciones están llegando a su fin”, comenta Hewson, quien añade que “por ese motivo da la lata Francia”.
“También se puede argumentar que el incremento del nerviosismo entre algunos Estados Miembros sugiere que el acuerdo está pendiente sólo de algunos flecos y que hay una sensación general de urgencia que puede llevar al equipo negociador de la UE a comprometerse más allá de lo que estos países están dispuestos a ceder, con tal de tener el documento a tiempo”, agrega el experto.
Así las cosas, el tiempo se agota para que ambas naciones logren un marco de consenso mutuo que garantice el libre comercio entre Reino Unido y los 27 países de la UE a partir del 1 de enero. Durante los últimos 365 días ha habido sonadas decepciones cuando los negociadores han fracasado repetidamente en alcanzar un acuerdo, la más reciente la de mediados de octubre, cuando después de un ultimátum de Londres, las conversaciones siguieron como si tal cosa.
Si no se rubrica un tratado, se obstruirán las fronteras, se alterarán los mercados financieros y se interrumpirán las cadenas de suministro mientras el mundo trata de hacer frente al enorme coste económico de la pandemia de COVID-19. Por este motivo muchas casas de análisis creen que se acordará 'in extremis' echar el balón hacia adelante. Los jefes de gobierno de la UE se reúnen a finales de la semana próxima y esperan llegar a la fecha con un pacto más que solventado y abordar así la negociación de los presupuestos europeos sin un mayor lastre. No obstante, de no rubricar un tratado antes de la fecha límite, a partir del 1 de enero de 2021 las relaciones pasarían a estar dirigidas por las normas de la Organización Mundial de Comercio (OMC). En teoría.