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El Brexit ha entrado ya en tantos tiempos de descuento que se hace extraño afirmar que la cuenta atrás que se inicia esta semana, antes de la cumbre europea del 15 de octubre, puede ser de verdad la definitiva. El tira y afloja entre la Unión Europea (UE) y Reino Unido encara su recta final con las negociaciones que precederán al cónclave de mediados de mes, en el que el primer ministro británico Boris Johnson espera un acuerdo que salvaguarde los intereses de su país y evite el llamado Brexit duro.

Sin embargo, los expertos auguran un nuevo enfrentamiento causado, en esta ocasión, por las reservas del presidente francés, Emmanuel Macron, a hacer concesiones sobre la pesca. Las reticencias galas han despertando la preocupación de los negociadores, ya que podrían hundir los esfuerzos para llegar a un acuerdo comercial más amplio, justo cuando arranca un período de dos semanas de intensas conversaciones. En concreto, se teme que “un desacuerdo en este área pueda comprometer el pacto en su conjunto”, indican los analistas de Monex Europe.

Alemania ha hecho un llamamiento para lograr un pacto que defina las nuevas relaciones comerciales entre los socios después del Brexit. No hacerlo, según Heiko Maas, ministro de Relaciones Exteriores germano, sería irresponsable. "Con los desafíos económicos y sanitarios actuales, los ciudadanos de uno y otro lado del Canal [de la Mancha] ya tienen suficiente. Por eso sería completamente irresponsable, a estas alturas, crear problemas adicionales por no llegar a un acuerdo", ha asegurado Maas en declaraciones recogidas por la agencia 'Reuters'.

Una llamada entre Johnson y la presidenta de la Comisión Europea Úrsula von der Leyen durante el fin de semana ratificó que ambas partes continúan comprometidas en buscar vías de solución para diseñar las relaciones tras el divorcio. “Sin embargo, algunos puntos de la agenda permanecen en debate encontrado, como el arreglo de la industria pesquera y lo referente a las ayudas estatales”, puntualizan desde Monex Europe.

Sobre este último punto, la UE exige que Reino Unido proporcione un conjunto de principios más claros que restrinjan las ayudas estatales, con un mecanismo de resolución de conflictos jurídicamente exigible.

EL ESCOLLO DE LOS DERECHOS DE PESCA

En cualquier caso, los analistas interpretan los mensajes enviados por Alemania como que el bloque está dispuesto a suavizar su postura, mientras valora hasta dónde puede hacer concesiones. “Pero en cualquier caso, Macron tiene la llave”, escriben en Bloomberg. La industria pesquera puede representar sólo una pequeña proporción de las economías francesa y británica, pero ha adquirido una importancia política desmesurada en las conversaciones de las últimas semanas y la UE mantiene su postura de que no puede haber un tratado comercial más amplio sin un acuerdo sobre el acceso de los barcos del bloque a las aguas británicas.

Londres ve el asunto como una cuestión de soberanía y quiere reemplazar un sistema de cuotas que, según el Gobierno de Johnson, favorece injustamente a los pescadores de la UE con una serie de negociaciones anuales que serían más favorables para Reino Unido. Macron, consciente de la importancia de la flota pesquera de su país, se ha resistido con firmeza a dar su brazo a torcer en esta cuestión.

La mayoría de los países de la UE y la Comisión Europea, que está negociando con Reino Unido en nombre del bloque, son conocidos por favorecer una posición más suave que Macron y temen que su postura de línea dura podría frustrar las posibilidades de un acuerdo más amplio.

Las negociaciones se han reanudado en Londres esta semana y continuarán en Bruselas. “Las posibilidades de varios desenlaces continúan sobre la mesa, con lo que la volatilidad de la libra es el pronóstico más certero para la divisa en las próximas sesiones. Mientras tanto, el manejo del virus domina el sentimiento del mercado, con nuevas medidas de contención puestas en marcha en la capital británica”, advierten.

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