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La Unión Europea (UE) da el pistoletazo de salida a su cumbre del mes de octubre -que se celebrará el 15 y el 16- con mucha más expectación de la que es habitual en un cónclave de líderes europeos. La pandemia de coronavirus y los pasos dados por los países de los Veintisiete para reflotar la economía tras el confinamiento con los fondos europeos, además de la fecha límite para alcanzar un acuerdo comercial con Reino Unido tras Brexit, autoimpuesta por el primer ministro británico, Boris Johnson, convierten la reunión en una cita de alto voltaje para los mercados. Los expertos advierten de gran volatilidad, sobre todo en la libra, para la que se esperan caídas si la UE cumple con sus amenazas de última hora y anuncia que se prepara para un divorcio sin acuerdo.

El optimismo con el que arrancaba la semana en torno a las conversaciones para alcanzar un tratado comercial se ha evaporado entre el martes y el miércoles. El mercado descontaba algún tipo de resolución favorable: bien que se presentara el esbozo de un acuerdo, bien que se ampliara el plazo de las conversaciones. Sin embargo, los inversores han empezado a deshacer posiciones, especialmente en la divisa británica, después de las informaciones de que el bloque comunitario anunciará el fracaso de los negociadores y se acelerarán los planes del Brexit duro.

Sin embargo, en un giro de los acontecimientos, los asesores de Johnson apuntan a que se pedirá una prórroga en las negociaciones y la expectación está centrada en el 'premier' de quien se espera que confirme una nueva fecha.

Este martes, el negociador da la Unión Europea (UE) para el Brexit, Michel Barnier, ya dejó entrever que pese a las largas conversaciones con el Gobierno de Johnson, persistía la imposibilidad de acercar posturas. De hecho, culpó a Reino Unido de la falta de avances. Sin embargo, las negociaciones seguirán hasta el último minuto. La UE "continuará trabajando por un acuerdo justo en los próximos días y semanas", apuntaba Barnier en su cuenta de Twitter.

En realidad, “la perspectiva de un Brexit sin acuerdo es cada vez más probable”, asumen desde Pantheon Macroeconomics. Pero hay atisbo de esperanza de que “las negociaciones puedan prolongarse de todos modos, con el siguiente cónclave europeo de diciembre como nueva fecha límite”, señala David Alexander Meier, economista de Oanda. “Eventos anteriores han mostrado un tratamiento flexible de los plazos de Brexit”, recuerda, y “en este caso, la libra esterlina podría permanecer en los niveles actuales en las próximas semanas”. Según 'Bloomberg', Londres echará el balón hacia adelante hasta principios de noviembre.

"No creemos necesariamente que la ausencia de un acuerdo con Reino Unido esta semana anticipe el final de las negociaciones; pensamos que la presión sobre Londres continúa aumentando, ya que la creciente probabilidad de una victoria de Joe Biden en EEUU dejaría a un Reino Unido sin acuerdo sobre el Brexit bastante aislado internacionalmente”, escriben por su parte los analistas de AXA IM.

DISCUSIÓN EN TORNO AL PRESUPUESTO DE LA UE

Mucho más tranquila se espera la conversación que gire en torno a los borradores de los planes de Recuperación y Resistencia de los estados miembros, para justificar el gasto de las ayudas de la UE para superar la crisis del Covid. "En principio, debería ser sencillo, tras el acuerdo final alcanzado sobre la propuesta de reglamento a nivel ECOFIN la semana pasada", comentan desde AXA IM. "El proceso sigue siendo engorroso, pero acogemos con satisfacción el hecho de que los países podrán retirar el 10% de su derecho como "prefinanciación" dentro de los dos meses siguientes a la entrada en vigor legal del plan, lo que significaría que será para finales de febrero normalmente", agregan.

A algunos gobiernos les preocupaba que la supervisión por parte de la Comisión de sus "Programas de recuperación y resiliencia", que contienen los detalles de los proyectos que se van a refinanciar, implique una condicionalidad macroeconómica demasiado estricta. "Al leer el borrador con atención, pensamos que se ha encontrado un equilibrio", comentan los economistas de la aseguradora. "Sí, la trayectoria fiscal de los Estados miembros será parte de la vigilancia de la CE, pero cada vez que se mencionan estos aspectos en el texto siempre se hace referencia al proceso de “desequilibrio macroeconómico”, que es mucho menos riguroso que el cuantitativo Estabilidad y Crecimiento", agregan. Consideran esta disposición como una "cláusula de salvaguarda”: los desembolsos futuros se retendrían solo si un Estado miembro se comportara de manera completamente irresponsable en asuntos fiscales.

Los planes de recuperación y resiliencia “establecen un conjunto coherente de reformas y proyectos de inversión pública que se ejecutarán hasta 2026 con el fin de contar con el apoyo europeo”, recuerdan los expertos de Nomura. “Esos proyectos deben aclarar a la Comisión Europea y al Consejo de la UE las inversiones que los gobiernos tienen previsto realizar con los fondos puestos a disposición por el Fondo de Recuperación de la UE”, prosiguen. Sin embargo, la reacción del Ejecutivo comunitario no llegará inmediatamente, ya que no publican sus recomendaciones para cada país hasta noviembre además de proporcionar una actualización de sus previsiones económicas. Finalmente, cada país puede actualizar sus planes de recuperación y resiliencia, y presentar la versión final a la CE a finales de año.

Con todo, desde Nombra avisan de que no es descartable que se produzcan “discusiones con respecto al presupuesto de la UE, cuyos detalles aún no han sido totalmente acordados entre los países”.

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