Alemania asume este miércoles la presidencia rotativa de seis meses de la Unión Europea (UE), tras cederle el testigo Croacia, lo que significa que el acto final de Angela Merkel como canciller alemana se convertirá en una dura prueba por todas las tareas que tiene sobre la mesa.
Para empezar, desempeñará un papel clave en cualquier aprobación del paquete de estímulo de coronavirus del bloque comercial que vería la emisión de la UE de hasta 750.000 millones de euros en deuda conjunta. De esta cantidad, 500.000 se habilitarían como transferencias directas y 250.000 serían créditos a devolver. El asunto se tratará los días 17 y 18 de julio en una cumbre de jefes de Estado o de Gobierno.
En esta línea, el ministro alemán de Finanzas, Olaf Scholz, ha expresado el compromiso firme de Alemania con los países del Sur de Europa como España e Italia, que han sido severamente golpeados por la pandemia, afirmando que el bienestar económico del país germano depende en gran medida de una pronta recuperación de sus socios. "Nuestra prosperidad en Alemania depende en gran medida de que nuestras empresas puedan vender sus productos fuera o comprar allí. Italia, España y otros países europeos son socios comerciales extremadamente importantes de Alemania", ha afirmado Scholz en declaraciones a RND, recogidas por Europa Press.
Y por si esto fuera poco, también hay que pensar en el Brexit: si bien la presidencia de la UE no tiene un gran impacto en las negociaciones, Merkel querrá asegurarse de que cualquier pacto hecho no debilite el mercado único. Mientras tanto, todo eso se suma a la esperada escalada comercial con los EEUU, que podría implicar nuevos aranceles sobre miles de millones de dólares de exportaciones de la UE. "Somos conscientes de que la presidencia de Alemania tiene grandes expectativas", dijo Merkel.