Los jóvenes consumidores priman la sostenibilidad a la hora de realizar sus compras, siendo la franja de edad que más en cuenta tiene el compromiso con el medio ambiente. Así lo revela un informe de Credit Suisse, que ha analizado la respuesta de 10.000 personas en 10 países con edades comprendidas entre los 16 y los 40 años sobre sus hábitos de consumo y sus preocupaciones en esta materia. La respuesta es clara: prefieren la energía solar y critican la industria de la moda y el tan extendido 'fast fashion'.
Esta investigación ha tenido en cuenta el grado de consciencia de los consumidores sobre la situación actual del medio ambiente y el peligro que tiene el no cuidar nuestro entorno, y les ha preguntado si están dispuestos a llevar un estilo de vida más sostenible.
Algunos datos que se han recogido han sido que los "neo" consumidores creen que es totalmente necesario estar comprometidos con llevar una vida más sostenible y ellos mismos están dispuestos a pagar más por productos que sean ecológicos, incluyéndose el cambio de hábitos diarios o la alimentación. Incluso, están dispuestos a someterse a regulaciones más estrictas por parte de las autoridades.
Esta predisposición al cambio se encuentra en consumidores de países como México, India y China, por otra parte los más reticentes a apostar por la sostenibilidad son los ciudadanos de Francia, Alemania y Estados Unidos.
También es clave la educación. En la encuesta realizada por Credit Suisse, los sondeados creen que hay que realizar un mayor enfoque en la educación de los consumidores sobre lo necesario que es apostar por productos que ayudan a mantener el ecosistema, y también por optar por servicios que cumplan ese mismo objetivo.
Eugène Klerk, director de ESG global e investigación temática de Credit Suisse, declaró que "hace mucho tiempo que sabemos que las generaciones más jovenes se han tomado la cuestión climática mucho más en serio que las predecesoras, sobre todo en comprender y defender un camino común a seguir para que el cambio sea efectivo. Con esta encuesta pudimos profundizar en la diferentes facetas de la sostenibilidad que interesan especialmente a los consumidores jóvenes y recuperar información valiosa de diez mercados clave".
También los jóvenes miran por la energía solar y los coches eléctricos. Piensan que una solución al cambio climático es la prohibición de productos no sostenibles, como los combustibles fósiles o los plásticos.
En relación a la forma de viajar de los encuestados, el 63% de todos ellos esperan adquirir un vehículo eléctrico o híbrido, siendo el 19% los que actualmente poseen coches de este tipo. Esta elección es aún mayor en los residentes encuestados de países emergentes, concretamente consumidores con estudios superiores (licenciatura en adelante), y consumidores jóvenes de entre 25 y 30 años. Por el contrario, la preferencia del consumidor con respecto a coger un avión se espera que sea más difícil de cambiar, por la facilidad que esto trae a cualquier usuario a la hora de moverse entre países, sobre todo si están lejos entre sí.
LA DIETA Y EL MUNDO DE LA MODA TAMBIÉN SUFREN CAMBIOS PARA SER SOSTENIBLES
La dieta también es objeto de cambio para los jóvenes, que ya apuestan por unas comidas más equilibradas y ecológicas, acercándose cada vez más personas al veganismo. Se pretende reducir el consumo de comida rápida y de carnes, de cualquier tipo, prefiriéndose productos lácteos de origen vegetal a los tradicionales, de origen animal (leche de vaca).
El mundo de la moda también ha sufrido cambios: se desecha la idea de "moda rápida", que no es más que priorizar la ropa barata fabricada en países poco desarrollados y que ocasiona graves repercusiones para el medio ambiente y el clima. Además, cada vez se opta menos por las marcas de lujo, afirmando un 40% de los consumidores encuestados que la industria de la moda es insostenible.
Además, los jóvenes consumidores de los países emergentes, como India, son más propensos a buscar métodos alternativos y sostenibles de ahorro de energía, en comparación con los países desarrollados. Seguramente esto se deba a la falta de sostenibilidad en estos lugares y la demanda de un cambio energético más que necesario para el mantenimiento de la población y el ecosistema.
Sin duda, buscar una mejora para el ecosistema radica en el cambio social y la educación tanto de jóvenes como de mayores. Es cuestión de tiempo que la sociedad llegue a un punto en el que cualquier producto o servicio sea responsable con el medio ambiente, puesto que es lo que nos permite vivir y lo que cada vez afecta más a la subsistencia del ser humano.