"La mayoría de los hombres son analfabetos en moda". Así de contundente inicia John LeFevre -autor del famoso libro 'Directo al infierno' (Straight to hell) sobre los excesos de los banqueros de inversión y de la cuenta de Twitter 'Goldman Sachs Elevator Gossip'- su guía sobre 'Cómo vestir como un hombre en 2018' en la que ofrece multitud de consejos para no desentonar en el mundo de las finanzas.
El uniforme de Wall Street es la "camisa Oxford abotonada, combinada con unos chinos, los mocasines de Gucci y, lo más importante, un chaleco de lana". Este chaleco les permite "pertenecer a una fraternidad y es que ellos simplemente quieren encajar". Al fin y al cabo, la prenda "esconde sus barrigas y sus sudorosas axilas, además de que encaja en aquellos bancos que emulan la teoría de Steve Cohen: los inversores rinden mejor en temperaturas heladas".
El escritor publica con su afilada ironía la 'Guía para vestir como un hombre en 2018'
Para LeFevre, "el problema con los hombres y la moda es que, o se preocupan mucho o no se preocupan nada". O se pasan o no llegan. Y, en un mundo como el de las finanzas, se reduce todo a "riesgo / beneficio", es decir, "deben ser pragmáticos" y mantenerse en la "zona de seguridad". Para ello, propone una serie de consejos para cada prensa según la ocasión.
ESTILO 'BUSINESS CASUAL'
Quítate el chaleco de lana y opta por algo más adulto, como un suéter de cachemir de Tom Ford .inspirado en Boobby Axelrod (el protagonista de la serie 'Billions') "Que la gente se vista con lana cuando existe el cachemir escapa a mi comprensión", afirma LeFevre. "Quema tus pantalones chinos y, si tu oficina lo permite, usa pantalones vaqueros", aconseja el autor, además de apostillar que "si llevas chaqueta, asegúrate de que no parezca de traje y trata de que sea de un solo botón".
"Guarde los polos del club de golf para el fin de semana, a nadie le gusta ver a tipos con cuerpo de padre en la oficina ensayando golpes de golf", asegura LeFevre. Además, "el cuello vuelto no debería existir: debes circuncidar ese jersey", añade.
ZAPATOS Y CALCETINES
Para los zapatos, recomienda unos mocasines, que, si uno no quiere arriesgar, deberán ser negros "para llevarlos con traje" y con una tonalidad más marrón "para ocasiones más informales". Y recomienda no salirse de los mocasines, que son tan elegantes como los de cordones. "No salgas de Prada y Gucci", es su consejo final.
En el apartado de los calcetines, asegura que "emparejar y clasificarlos por su color es una pérdida de tiempo y energía.¿No tiene usted (o la persona que le haga la colada) cosas mejores que hacer?". Por tanto, aconseja "tirar todos sus calcetines y comprar diez pares de unos idénticos entre si, reemplazándolos cada tres o seis meses". A su juicio, uno de los mayores placeres es estrenar calcetines por la mañana.
CAMISAS, TRAJES Y CORBATAS
En el apartado de trajes, LeFevre no lo duda: “Compra todos los trajes que te puedas permitir, pero al menos tres decentes. Nunca te equivocarás si eliges el de dos botones [aconseja descartar el de tres], es una elección clásica que se adapta a prácticamente cualquier tipo de cuerpo. En términos de color, que sean grises o azul marino, y alguno de raya diplomática”. Añade que nada de puños ni tablas, y mucho menos con chaqueta cruzada, "salvo que todavía duermas en una cama de agua".
En el caso de las camisas, afirma que merece la pena hacérselas a medida, porque su valor excede su coste... pero "asegúrate de que se amolden a tu cuerpo y es que si quieres ver lo rídiculo que queda una 'blusa' vuelve a revisitar viejos episodios de Seinfeld". Además, "los bolsillos en el pecho y los botones en el cuello están prohibidos, porque el cuello Oxford es para profesores universitarios y socialistas democrátas".
En el apartado de las corbatas, LeFevre asevera que "un mal nudo de corbata es como un débil apretón de manos", además de recordar que "no se debería usar corbata todos los días, siempre que no sea necesario".
IR AL GIMNASIO Y COMPLEMENTOS
En el caso de los relojes, cumplen una función: "presentarse en sociedad como de un estrato más alto al que perteneces, y está demostrado que te hace parecer más atractivo para las mujeres". Y "aunque el Submariner sea el reloj oficial de los jóvenes banqueros, usar un Rolex es como conducir un Audi, significa que tienes algo de dinero, pero no demasiado".
Unas buenas gafas de sol demuestran a las mujeres que "sabes apreciar las cosas bonitas y eres lo suficientemente responsable para no perderlas". Eso si, "las mochilas pueden parecer repentinamente guays para los hombres hechos y derechos, pero no si llevan un traje".
A la hora de pertrecharse para ir al gimnasio, LeFevre lo tiene claro: "la era de los pantalones cortos holgados y las mallas ha terminado" y, en cuestión de marcas, "Nike es aburrida y Under Armour es para aquellos que piensan que Chateaubriand está incluido en una lista de vinos". Su recomendación es Birddogs.
Finalmente, recomienda "comprarse un esmoquin antes de cumplir 30 años y mantenerte en esa misma talla para lo que te reste de vida" y afirma que "la vida es demasiado corta para lavarse uno mismo la ropa". Además, es aconsejable "dejar una chaqueta en el respaldo de la silla, para que la gente nunca pueda estar segura de si te has ido ya a casa o simplemente estás en una larga comida".