El pasado sábado Joaquín Sabina suspendió un concierto antes de terminar por haber sufrido “un Pastora Soler”. Según indicó el cantante, tenía pánico escénico, sin embargo, la razón podría haber sido una crisis de ansiedad motivada por “el palo que pretende meterle Hacienda”, como afirman fuentes del mundo del espectáculo.
La Agencia Tributaria exige al cantante el pago de, al menos, 4 millones de euros por una diferencia de criterio. No se trata de un fraude a Hacienda, sino un cambio en los criterios de aceptación de las declaraciones de la propia administración, como informa El Mundo.
“ES UNA INJUSTICIA”
La Agencia Tributaria ha ordenador el embargo cautelar del 87,45% del capital social de Ultramarinos Finos, administrada por Sabina y su mujer, Jimena Coronado, al 50%. Además de esto, se ha dictado la prohibición de disponer en un plazo de seis meses de su casa de Madrid, de una casa en Cádiz y de una plaza de garaje.
Según expertos autorizados, “por disponer se entiende que no puede venderla, donarla, aportarla a una sociedad”, es decir “cualquier acto que suponga un cambio de titularidad o que implique la despatrimonialización de la sociedad”.
Por su parte, José Navarro Berry, manager del cantante, asegura que “vamos a pleitear” y que “llegaremos hasta donde haga falta. Sabina ha pagado escrupulosamente sus impuestos, esto no es una deuda con la Agencia Tributaria, es una disparidad de criterios y hay casos profundamente injustos. Porque Sabina no es el único, está así el 80% de la profesión, que lo sepa todo el mundo. Yo llevo a cinco personas y las cinco están en la misma situación, incluido Paco de Lucía, al que piden dinero después de muerto. No hay derecho”.
UNA SOCIEDAD
Muchos músicos y periodistas que trabajan para varios medios son su propia empresa. Para cobrar sus honorarios lo normal es que constituyan una sociedad a través de la cual facturan sus servicios.
Un experto en esta materia asegura que algunas de las razones para que se haga así son que “si facturaran como personas físicas, en cuanto llegaran a un determinado volumen de dinero, pagarían más de la mitad de lo que ganan en impuestos. En Barcelona puedes llegar a tributar hasta un 56%, en Madrid al 52%. Como sociedad, no tributas a más del 30%”.
Además de esto, la ley ampara esta medida “siempre que no incumplas ninguna normativa”. Según parece cada uno puede tomar “la opción fiscal que más te beneficie. Además, estos profesionales muchas veces tienen una estructura empresarial propia.¿No sería lógico que lo hicieran a través de una sociedad?”, asegura este experto.
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