El Juzgado de Instrucción número 35 de Madrid ha acordado archivar la investigación sobre la explosión en un edificio parroquial de la calle Toledo de Madrid el 20 de enero, en el que murieron cuatro personas, y ha concluido que la "etiología de la explosión fue accidental".
El Tribunal sostiene que "esta circunstancia motivó que las referencias de olor a gas fueron discontinuas, no llegando a generar alarma entre los residentes en el edificio hasta momentos antes de la explosión".
Asimismo, afirma que "el escape, según consta en el informe, se situó entre la primera caldera del edificio y la acometida de suministro, no habiendo influido en la causa de la explosión las posibles irregularidades administrativas o no de la instalación".
El informe descarta también que "la posible manipulación coadyuvara a la causa de la explosión; constatándose la existencia de roturas de agua que socavaron el subsuelo del edificio en alguna medida, lo que influyó directa o indirectamente sobre la conducción y la acometida de gas natural".
Según el Juzgado, no se ha podido establecer "otra causalidad distinta, habiendo sido provocada la explosión por un escape de gas natural, que se desarrolló de forma lenta, continua y prolongada en el tiempo".