La inversión con criterios ESG (environmental, social and governance) gana cada vez más peso en las carteras. Los inversores están muy concienciados y se preocupan por seleccionar empresas socialmente responsables y que cumplan con la agenda medioambiental y de transición marcada, pero también quieren ganar con sus elecciones. Los expertos de Berenberg siguen de cerca las inquietudes del mercado, y por eso han elaborado una lista con 10 claves para triunfar invirtiendo en valores ESG.
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Cinco oportunidades de inversión para luchar contra el cambio climáticoDesde la firma alemana alertan, antes de nada, de que los plazos para cumplir con el ESG "se acercan rápidamente, ya que quedan menos de seis años para alcanzar muchos objetivos corporativos provisionales, los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU o para que la Unión Europea reduzca las emisiones en un 55%".
Sin embargo, "no vamos por buen camino para alcanzar la mayoría de los objetivos y, después de la COP28, existe una sensación cada vez mayor de urgencia para adoptar enfoques pragmáticos y mantener estos innumerables objetivos dentro de nuestro alcance", explican los analistas de la casa germana.
Reguladores e inversores se centran cada vez más en "soluciones impactantes a corto plazo" para ayudar a abordar los problemas que enfrenta el planeta. Y estas soluciones, comentan desde Berenberg, serán claves en 2024. ¿Cuáles son y por qué pueden ayudar a mejorar la rentabilidad de las carteras?
1. Metano
Es, como dicen los expertos de la firma alemana, la "emisión del año". "Contribuyendo con casi un tercio al aumento de las temperaturas globales y 84 veces más potente que el carbono en el corto plazo, el metano es el gas a reducir este año", apuntan estos analistas.
En su opinión, "los factores impulsores incluyen regulaciones de la UE y EEUU, multas dentro de la Ley de Reducción de Inflación estadounidense y promesas de reducir las emisiones del 40% del sector del petróleo y el gas".
Su valor preferido en esta categoría es Rotork, que con una exposición del 45% a la industria del petróleo y el gas, fabrica actuadores eléctricos que pueden sustituir a los actuadores neumáticos que liberan metano como parte de la práctica operativa normal.
2. Inversión en transición
Según Berenberg, es la "inversión ESG de próxima generación". La inversión ESG "está evolucionando", comentan estos estrategas, que explican que para reducir las emisiones rápidamente "es necesario colaborar con empresas altamente contaminantes para mejorar sus procesos, y no solo invertir en las mejores empresas ESG de su clase".
"La inversión de transición para fomentar el progreso de las empresas hacia el cero neto aumentará sustancialmente en popularidad en 2024, a medida que los inversores ESG se den cuenta de la necesidad de mantener acciones e interactuar con empresas altamente contaminantes", remarcan.
También creen que ganará tracción cuando los reguladores de la UE y el Reino Unido "proporcionen marcos para la inclusión de la inversión de transición en la gestión de activos" y a medida que "el seguimiento del desempeño ESG se vuelven más fáciles y, por lo tanto, más influyentes".
En esta categoría, las mejores selecciones son empresas de transición y de alto impacto y altas emisiones de carbono como Befesa, SSE, Veolia o DCC. Serán, cree Berenberg, "beneficiarias de la transición".
3. Cadenas de suministro
"El ESG se expande más allá de las fronteras de sus propias operaciones", indican los analistas de la casa germana, que creen que hasta ahora se ha "enmascarado el verdadero impacto de los sectores" al no tener en consideración las cadenas de suministro. Y es que, bajo su punto de vista, las cadenas de suministro "pueden representar una proporción mucho mayor de las emisiones o el impacto en la biodiversidad".
Por eso, este año esperan un "mayor enfoque" en las cadenas de suministro, ya que las regulaciones (CSDDD, CBAM y regulaciones de deforestación en la UE y el Reino Unido) "impulsan a las empresas a acelerar las acciones para abordar sus cadenas de suministro".
Sus principales opciones en este segmento son Barry Callebaut (facilitador del cacao sostenible) y Bureau Veritas (empresa TIC centrada en la sostenibilidad).
4. El entorno construido
Está, dice Berenberg, "rezagado", y es que al igual que con el metano, las empresas en transición y las cadenas de suministro, el entorno construido "ha sido un dolor de cabeza para los inversores, que han visto pocos avances en materia de sostenibilidad". Y gran parte de esto "se debe a los desafíos técnicos para lograr la descarbonización, la dinámica del mercado y una regulación débil".
Como explican estos expertos, más de un tercio (37%) de las emisiones de energía y procesos provienen de los edificios, e incluso la UE necesita triplicar su tasa de reducción de emisiones. "Si bien sigue siendo un desafío, las regulaciones, como la Directiva sobre eficiencia energética de los edificios de la UE, están comenzando a abordar esto".
A su juicio, la Unión Europea debería abordar este reto no solo con directivas, sino centrándose también en la inversión en transición, que "debería reforzar el interés en los principales proveedores de productos y construcciones sostenibles".
Para la firma alemana, las mejores opciones en este ámbito son Heidelberg Materials, que se centra en el desarrollo de cemento sin emisiones de carbono, y Volution, que es un productor de ventilación energéticamente eficiente que se beneficia de los vientos de cola de la regulación de la sostenibilidad.
5. Inteligencia Artificial (IA)
Actualmente la IA "se enfrenta al escrutinio y a las expectativas de sostenibilidad", ya que tras haber llegado a los titulares con fuerza en 2023 gracias al auge de ChatGPT, se espera que este año los gobiernos "hagan su primer intento de regularla adecuadamente".
"La UE debería aprobar su primera regulación sobre IA, EEUU está trabajando en proyectos de ley para abordar la influencia de la tecnología y, dado que muchos empleados utilizan formas de ChatGPT en sus procesos de trabajo, las empresas tendrán que lidiar con las implicaciones para la seguridad de los datos", comentan desde Berenberg.
Hay que tener en cuenta, dicen estos analistas que el crecimiento de la IA "no solo tiene un impacto social, sino que también aumentará las presiones ambientales", dado que el procesamiento de datos representa ya entre el 2,4% y el 3,2% de la demanda de electricidad.
"Más IA significa más procesamiento y más datos, lo que aumenta la demanda de centros de datos, que es una fuente de emisiones de carbono en rápido crecimiento. Los reguladores también se centrarán en el crecimiento desproporcionado del consumo de energía del sector en 2024", auguran.
En este sentido, esperan que el sector TIC y aquellas empresas que brindan soluciones ambientales para centros de datos "se beneficien de las tendencias de un uso más frecuente de la IA y de un creciente escrutinio regulatorio sobre la seguridad, el uso responsable y la sostenibilidad".
Su primera elección es Bureau Veritas, una empresa de TIC que se beneficia de la creciente demanda de cumplimiento de la IA.
Noticia relacionada
Berenberg actualiza su lista de mejores opciones ESG y añade estas 8 acciones6. Agua
El agua supone un "riesgo comercial inmediato", explican los estrategas de la firma alemana, que señalan que "los problemas relacionados con el agua, como el clima extremo (sequías e inundaciones), han pasado de ser un riesgo social puramente gubernamental a un riesgo comercial que afecta las finanzas de las empresas".
"La reutilización del agua seguirá ganando terreno", auguran, y es que "la mala gestión del agua por parte de las empresas de servicios públicos será un problema para muchos votantes en las elecciones del Reino Unido". Además, creen que las regulaciones de EEUU y la UE "seguirán centrándose en el tratamiento del agua".
Con este contexto, las mejores selecciones son firmas como Veolia, que es un facilitador de la reutilización de aguas residuales, y NORMA Group, un proveedor de equipos de adaptación a riesgos hídricos.
7. Política: cuestiones ESG en las elecciones
Además, en Berenberg creen que la política se interesará cada vez más por los criterios ESG, y eso no es nada desdeñable ante el apretado calendario electoral al que se enfrenta el mundo en este 2024. "Más de 2.400 millones de votantes acuden a las urnas este año, y la acción climática probablemente sea una de las cuestiones clave para los partidos políticos", comentan estos analistas.
Opinan, por ejemplo, que una victoria laborista en el Reino Unido "probablemente supondrá un retorno a políticas más ecológicas", mientras que las ambiciones de sostenibilidad de la UE "podrían disminuir" tras las elecciones al Parlamento Europeo que tendrán lugar en junio. Sin embargo, si se analizan los precedentes históricos, el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca "sería perjudicial para la biodiversidad, pero no necesariamente para las inversiones en energías renovables".
8. Inversión social
2024 será momento de ir "más allá" en la inversión con criterios ESG, dicen. "Después del bajo rendimiento de las acciones ESG, particularmente del sector de energías renovables, esperamos que los inversores se diversifiquen cada vez más hacia acciones de impacto social, para limitar así las pérdidas futuras derivadas de la sobreexposición a un número menor de sectores", apuntan los expertos de Berenberg.
Su selección para el año incluye a Helios Towers (empresa africana de infraestructura de torres de telecomunicaciones), Gedeon Richter (empresa farmacéutica de salud mental) y CompuGroup Medical (empresa de software hospitalario).
9. ¿El año de la recuperación de las renovables?
Después de lo que estos analistas califican como un "año desafiante" para las energías renovables, las "valoraciones deprimidas, precios baratos de los insumos solares y acuerdos razonables de compra de energía" hacen que 2024 tenga "potencial para una recuperación en los principales nombres de las energías renovables".
"Destacamos las acciones en transición RWE y SSE "como las mejores opciones" junto con los desarrolladores solares Solaria y Grenergy.
10. Riesgo de Cisne Negro
"¡Cuidado con la basura espacial!" rezan los estrategas de la firma germana. Recuerdan que la regulación "no ha logrado seguir el ritmo del sector privado, que ha mirado más allá de la Tierra y se ha trasladado al espacio", lo que ha provocado que haya "más de 130 millones de piezas de 'basura espacial' en nuestra órbita y un número cada vez mayor de maniobras de satélites para evitar colisiones".
"Sin cambios sobre los desechos, corremos el riesgo de inutilizar las órbitas espaciales", sentencian. Pero, además, recuerdan que hay diversos sectores en riesgo si no se aborda este problema, como el de las telecomunicaciones, satélites o servicios relacionados con el clima (por ejemplo, sistemas de alerta temprana de desastres).