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El consejero delegado de IAG, Willie Walsh, ha avanzado este miércoles que el coste bruto del fallo técnico que afectó a British Airways (BA) a finales de mayo, y que paralizó un buen número de sus vuelos, se acerca a 80 millones de libras esterlinas (91 millones de euros).
Durante su intervención en la junta de accionistas, Walsh señaló que se trata de una evaluación inicial y recordó que IAG ha puesto en marcha una investigación independiente de lo sucedido, sobre la que ofrecerá información a su finalización. "Sé que fue una experiencia terrible para muchos clientes, lo que lamentamos profundamente", añadió, según recoge Europa Press.
Walsh negó, con lo que se sabe hasta ahora, que el corte sufrido tuviera que ver con cambios en el sistema de proveedores de servicios."Esta situación no tuvo absolutamente nada que ver con cambios en la forma en que se nos proveen servicios y sistemas informáticos (IT)", dijo.
De hecho, destacó que la revisión independiente de la gestión de la crisis de la aerolínea británica que lidera el español Álex Cruz y restaurar los sistemas afectados indica que fue "un logro extraordinario" de los equipos implicados ante el daño provocado, justo en el inicio del comienzo de las vacaciones escolares en Reino Unido.
726 VUELOS CANCELADOS
La aerolínea británica sufrió el pasado 27 de mayo un corte de energía en su centro de datos principal que provocó la cancelación de 726 vuelos, aproximadamente el 28% de sus operaciones durante tres días. Una incidencia que según Citi, podría costar al grupo hasta 100 millones de euros.
"British Airways está trabajando con ahínco para garantizar que se compense a los pasajeros afectados tan pronto como sea posible", afirmó Walsh, quien como ya hiciera el presidente del 'holding', Antonio Vázquez, reiteró sus disculpas.
Walsh valoró que pese a las complicaciones de las condiciones del mercado y de la incertidumbre económica generada por el 'Brexit', la aerolínea británica logró "un buen resultado financiero" el pasado año, con nuevas rutas a EEUU y afrontando la competencia de las 'low cost', y que seguirá con su programa de inversión de 400 millones de libras esterlinas (458 millones de euros).