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Las acciones de los fabricantes japoneses de automóviles Toyota, Mazda, Honda y Suzuki, así como las de Yamaha Motor, han estado sujetas a una elevada volatilidad en los últimos días después de que el Ministerio de Transportes nipón descubriera el pasado lunes que se utilizaron datos falsos para certificar algunos de los modelos producidos por estas compañías. Toyota, el mayor fabricante de automóviles del mundo, ha perdido más de 15.000 millones de dólares en capitalización bursátil en la última semana.

El pasado 3 de junio, Toyota anunció que detendría temporalmente los envíos de tres modelos fabricados en Japón (Corolla Fielder, Corolla Axio y Yaris Cross) después de que la investigación revelara que al menos siete de sus modelos, algunos de ellos descatalogados, fueron sometidos a pruebas de seguridad que diferían de las pruebas oficiales del Gobierno japonés.

En un comunicado, Toyota indicó que investigando "datos inadecuados en las pruebas de protección de peatones y ocupantes" y "errores en las pruebas de choque". Asimismo, afirmó que no había infringido las normas de seguridad y que los clientes no tenían por qué dejar de utilizar sus coches.

Pese a ello, Akio Toyoda, presidente y nieto del fundador de la compañía, pidió disculpas de forma pública a los clientes y otros actores relacionados por la empresa y reconoció que estos siete modelos fueron "probados con métodos que difieren de las normas definidas por las autoridades nacionales".

"Tengo la intención de extender nuestros esfuerzos a todo el grupo y restablecer la autoridad 'in situ' para crear una cultura corporativa sólida que fabrique coches cada vez mejores", agregó Toyoda.

Por su parte, Mazda comunicó que había suspendido la comercialización del Roadster RF y el Mazda 2 a partir del 30 de mayo. Además, el Ministerio de Transporte anunció que realizará inspecciones in situ en las cinco empresas en las que se han denunciado conductas indebidas.

A su vez, el Centro de Investigación de Seguridad Colaborativa (CSRC, por sus siglas en inglés) de Toyota Motor North America, la subsidiaria operativa del fabricante japonés en América del Norte, ha anunciado esta semana 15 nuevos proyectos destinados a mejorar la seguridad automovilística en todo el sector. Asimismo, la filial ha indicado en un comunicado que los vehículos vendidos en Norteamérica "se certifican utilizando procesos diferentes y según normas diferentes aplicables a los mercados norteamericanos".

En declaraciones a 'CNN', Koji Endom, analista de SBI Securities, ha indicado que las pruebas de certificación en Japón son "muy rigurosas". " En cuanto a estas normas de inspección de seguridad, esta norma se creó en 1951, por lo que está bastante desfasada y es difícil de seguir para muchos fabricantes de automóviles. Hay que recordar que Toyota ha realizado cientos de miles, sino millones, de pruebas a lo largo de los últimos 15 años. Y de esas pruebas, solo hubo problemas en tres o cuatro de ellas. Eso es muy poco", puntualiza.

Cabe señalar que, en diciembre del año pasado, Daihatsu, filial de Toyota, anunció que detendría los envíos de todos los vehículos tanto al extranjero como a Japón como consecuencia de una investigación detectara problemas en unos 64 modelos, 22 de ellos vendidos bajo la marca Toyota. Además, Daihatsu declaró en abril del año pasado que había manipulado las pruebas de seguridad de colisión lateral realizadas a 88.000 coches pequeños, también vendidos en su mayoría con el sello de Toyota.

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