Francisco Verdú, que fue consejero delegado de Bankia en el momento de la salida a bolsa de la entidad, cree que los clientes del banco que acudieron a la misma estaban al tanto de los principales riesgos de la operación. “En el tríptico que se entrega a los clientes quedan reflejados los principales riesgos”, ha señalado este miércoles.
El exdirectivo, conocido por ser el único que rechazó su tarjeta black, ha comenzado a declarar en la causa penal que investiga las responsabilidades en la salida a bolsa de Bankia respondiendo a preguntas del fiscal Alejandro Luzón, que sustituye por unos días a la representante del Ministerio Público encargada del caso, Carmen Launa, de baja por enfermedad.
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Rato sale airoso de su interrogatorio en el caso Bankia: solo pasaba por allíEn su declaración, ha hecho referencia al tríptico, la documentación que la entidad entregaba a los clientes para colocarles las acciones de la salida a bolsa. A pesar de que Verdú cree que los riesgos estaban explicados en el mismo, el Tribunal Supremo sentenció que los inversores minoristas habían sido engañados, razón por la cual Bankia habilitó un sistema de devolución de las inversiones a la que pudieron acogerse todos los que hubieran acudido a la salida a bolsa.
Verdú se ha defendido alegando que el folleto de la Oferta Pública de Suscripción (OPS) de Bankia recogía todos los elementos necesarios, así como los riesgos más importantes. “Recoge más riesgos que otros folletos que conozco”, ha señalado, y ha explicado que este tipo de documentos no tienen que recoger todas las “memorias”.
El exdirectivo firmó el folleto, según ha explicado, por ser el máximo responsable que se encontraba en Madrid en ese momento, cuando el presidente del banco, Rodrigo Rato, se encontraba “en la rueda internacional de inversores”, lo que en el sector se conoce como road show.
“Cuando yo llego, el folleto está en borrador”, ha apuntado Verdú, que admite conocer las cuentas que se incluyeron en este documento, las correspondientes al primer trimestre de 2011, sobre las que dice que estaban “bendecidas por tantos y tantos supervisores”. Eran las cuentas “más bendecidas que ha habido nunca”, en su opinión.
Verdú cree que "no tener auditoría es crítico para una entidad"
En todo caso, Verdú ha defendido que, cuando él llegó a la entidad, la decisión de salir a bolsa ya estaba tomada (en ese momento, "el folleto estaba en borrador"), por lo que no se planteó que las cuentas pudieran no estar bien registradas. Según ha dicho, las "líneas rojas" para seguir adelante habían sido únicamente poder captar más de 3.000 millones de euros con la operación y que el precio definitivo de debut no fuera un 50% inferior al inicialmente marcado en la horquilla, que era de entre 4,4 y 5,05 euros por acción. Bankia comenzó a cotizar en el parqué a 3,75 euros por título y cuando se comunicó este importe a los consejeros de la entidad, estos "no mostraron ninguna alegría", ha reconocido.
Si el martes José Manuel Fernández Norniella, exconsejero de la entidad, explicaba que al consejo de administración se transmitió que no había ningún problema en que se comunicaran las cuentas de 2011 a la CNMV sin auditar, este miércoles Verdú ha señalado que "no tener auditoría es crítico para una entidad".
En el momento en el que el entonces interventor de Bankia, Sergio Durá, y el exconsejero Ángel Acebes expusieron al consejo de administración las razones por las que Deloitte no quiso firmar las cuentas del ejercicio 2011 que "no veían dificultades para tener la auditoría", versión en la que Verdú coincide con Fernández Norniella.
PLAN DE RECAPITALIZACIÓN
Verdú ha confirmado la versión de Rato de que Luis de Guindos, por entonces ministro de Economía, le obligó a presentar un plan de recapitalización que contemplaba solicitar al FROB otros 7.000 millones de euros sin que lo supiera el Banco de España. El supervisor "no exigía más capital", según el ex consejero delegado.
El exdirectivo ha dicho desconocer por qué Deloitte estaba esperando al real decreto que iba a publicar el Ministerio de Economía [el conocido como Guindos II] para firmar la auditoría. "Deloitte tiene un contrato para hacer la auditoría. Si no está de acuerdo, que la entregue con salvedades", ha sentenciado.
"La querella de UPyD destrozó mi carrera profesional y mi vida"
El 25 de mayo de 2012 se publicó una reformulación de las cuentas de 2011, que se decidió llevar a cabo en el consejo de administración de nueve días antes, un encuentro "largo, duro y tenso", en el que hubo "mucho debate". En todo caso, según Verdú, para el Banco de España "las dos cuentas estaban bien".
Verdú dimitió el 4 de julio de 2012, dos meses después de que se produjera la dimisión de Rato, cuando "un partido político [UPyD] presentó una querella" que "destrozó" su vida profesional y personal. "Estando imputado es difícil que haga mi carrera", ha lamentado.
En la actualidad, la carrera de Verdú está centrada en su pertenencia al comité de dirección de una gestora de patrimonios, al consejo de administración de una empresa de entretenimiento que organiza torneos medievales en Estados Unidos ("No se rían", ha pedido a los presentes en la sala) y de un grupo hotelero, según ha explicado.