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La compraventa de Itínere, segunda empresa de autopistas españolas, ha quedado en suspenso al entrar en vía judicial la 'batalla' que el fondo Corsair y el grupo Globalvía tienen abierta por hacerse con el control de la compañía.
Un Juzgado de lo Mercantil de Madrid ha aceptado las medidas cautelares solicitadas por Globalvía ante la contraorferta que Corsair había realizado al acuerdo que el grupo presidido por Juan Béjar alcanzó el pasado mes de julio para comprar las participaciones de Sacyr, Abanca y Kutxabank en Itínere, según informaron fuentes del proceso.
La aceptación de las cautelares tiene lugar en tanto Sacyr decidía en consejo de administración sobre la participación del 15,5% que tiene en la empresa, para determinar si mantenía su acuerdo con Globalvía o aceptaba la oferta planteada posteriormente por Corsair de forma unilateral, sólo a la constructora.
En fuentes de Sacyr confirmaron haber recibido dichas medidas cautelares, pero declinaron hacer más comentarios sobre la operación. De esta forma, vuelve de nuevo a quedar en suspenso la operación de venta de Itínere que sus socios llevan buscando desde hace años.
Tras la paralización de todo el proceso de desinversión durante la crisis, la operación estuvo casi un año pendiente del arbitraje que Sacyr y el resto de minoritarios instaron contra Corsair ante la Cámara de Comercio de Madrid por las trabas que estaba poniendo a la venta de sus participaciones.
Corsair, que se alió con el fondo holandés APG en su puja por Itínere, ya tiene un 38% de esta empresa. Así, en caso de hacerse con el porcentaje de Sacyr, sumaría un 59% y superaría así el 55,6% que tomaría Globalvía con su compra a tres bandas.
Este grupo de concesiones que preside Juan Béjar considera que la contraoferta debe ser también a los tres socios, y no sólo a la constructora. Además, asegura que Sacyr y el resto de socios de Itínere se enfrentan al pago de una penalización de unos 100 millones en caso de que no cumplan con el acuerdo de julio.