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La guerra entre los conductores de taxi y de vehículos de transporte con conductor (VTC) que colapsa Madrid y Barcelona se ha convertido en una batalla por el tiempo de antelación de contratación de los servicios de Uber y Cabify. La horquilla va de los 15 minutos que propone la Generalitat de Cataluña a las casi 24 horas que quieren los taxistas de Barcelona -en Madrid piden seis-, pasando por la hora que pone sobre la mesa el Ayuntamiento de la Ciudad Condal, una restricción que el sector considera fundamental para diferenciar ambos modelos. Las plataformas VTC, por su parte, se oponen radicalmente.

"De facto, estaríamos hablando del fin de las operaciones de Uber y Cabify en Madrid", declaró el martes Eduardo Martín el presidente de Unauto, la patronal de las empresas VTC. "La precontratación es estúpida. Sería como si alguien que quiere ver una película a través de una plataforma como Netflix se tuviera que descargar una película y esperar una hora o dos horas para poder verlas"

Uber y Cabify anunciaron, tras conocerse el acuerdo entre los taxistas de Cataluña y la Generalitat que introducía la necesidad de precontratar los servicios VTC, que abandonarán su actividad en la ciudad de Barcelona.

"Desafortunadamente, la Generalitat ha cedido al chantaje del taxi, y hemos decidido tomar medidas porque nos han impuesto el decreto. Las VTC deberán abandonar la ciudad de Barcelona. El decreto obliga al cierre de estas empresas", declaró ante los medios Marta Plana, directora de regulación global de Cabify.

El texto presentado por el Ejecutivo autonómico, que podría entrar en vigor en el plazo de una semana, ofrece una hora de precontratación, aunque a través del reglamento que elaborará el Área Metropolitana de Barcelona (AMB), han explicado tras una reunión con la Conselleria de Territorio y Sostenibilidad. Así, el decreto que aprobará el Govern mantendrá los 15 minutos que proponía y que los taxistas ven insuficiente, e incluirá un texto adicional que permitirá que el AMB amplíe este tiempo hasta una hora.

Un portavoz de Uber explica a Bolsamanía que el tiempo de espera “pone en riesgo” a todo el sector de vehículos con licencia para transporte de pasajeros en Cataluña y advierte que “miles de puestos de trabajo, así como la alternativa de movilidad que usan millones de personas en España, están en juego”.

Según datos del Ministerio de Fomento, en la provincia de Barcelona hay cerca de 2.300 vehículos con licencias VTC y en Madrid circulan más de 6.550. Entre las dos ciudades se reparten cerca del 70% del total de transportes de este tipo del Estado, 13.125, y sólo Málaga supera los 1.000 vehículos de este tipo en sus calles, lo que la convierte en al tercera ciudad del país en el ránking de las VTC. A comparación, en todo el territorio hay casi 66.000 licencias de taxi, 26.000 de ellas entre las dos capitales.

Unauto no se ha quedado aparcada mientras instituciones y taxistas dirimen el futuro del sector. Han convocado paros y movilizaciones para contestar a la huelga indefinida del taxi y aseguran que si cambia la actual normativa de licencias para introducir la obligación de precontratar el servicio con varias horas de antelación, su negocio corre incluso el riesgo de “desaparecer”.

Martín también saca a relucir otra cuestión para obligar al Govern catalán a dar marcha atrás. Las modificaciones que prevén incluir provocarán una alud de indemnizaciones millonarias para los profesionales de los vehículos de transporte con conductor, ya que el decreto ley que firmó el Ministerio de Fomento en septiembre establecía una moratoria de cuatro años durante los que no se pueden cambiar las condiciones del servicio.

La aproximación de la Comunidad de Madrid a la "patata caliente" que el Ejecutivo socialista pasó a las comunidades después de las protestas y paros de los taxistas de este verano, cuando dejó en manos de los gobiernos autonómicos la regulación de los VTC, es distinta. La administración de Ángel Garrido ha soslayado la antelación de los servicios, que traspasa a los ayuntamientos, quienes deberán delimitar mediante ordenanzas municipales si aplican este requisito o no, lo que ha desencadenado una huelga en los taxis de Madrid a las puertas del Salón Internacional del Turismo, Fitur.

Sin embargo, en Cataluña, la presión al Ejecutivo autonómico llega no sólo del sector del taxi. La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha alimentado las reivindicaciones de estos profesionales al apoyar la precontratación -como se llama en la jerga del sector-. De hecho, la primera edil ha elevado el tiempo de antelación a una hora como mínimo.

UBER VOLVERÁ A ABANDONAR BARCELONA

La postura de Colau dificulta la continuidad de Uber y Cabify en la ciudad y la primera también ha declarado que no tiene remilgos en cerrar puertas, como ya hizo en 2014. Una situación que mandaría a unas "3.000 o 4.000 personas al paro", ha asegurado Juan Gallardo, director general de Uber España, en declaraciones a Antena3.

Desde marzo de este año, la plataforma de contratación de vehículos con conductor presta servicio en la capital catalana mediante UberX, la modalidad profesional de la empresa que también opera en Madrid desde 2016. Menos de un año ha durado la relación esta vez y ha dejado episodios tumultuosos como las protestas del taxi del verano pasado, que provocaron una caída en las ventas del comercio en la Ciudad Condal del 30%, según datos de PIMEComerç.

Cabe recordar que, tras su llegada en 2014, las protestas del gremio de taxistas y una orden judicial acabaron haciendo que la empresa decidiese abandonar España en diciembre de ese mismo año. La historia tiende a repetirse en una ciudad que lleva seis días de huelga del taxi con gran oposición de la opinión pública contra un sector que nada contra la corriente tecnológica.

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