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Tubacex ha conseguido reconciliarse con sus trabajadores. Tras más de 230 días de huelga, han alcanzado un pacto que pone fin al conflicto laboral existente en las plantas de Llodio y Amurrio y que reanuda de forma inmediata la actividad productiva, dando por finalizada, a su vez, la reestructuración del grupo a nivel global, tal y como informan en un comunicado remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
La protesta de los empleados comenzó en febrero de 2021 tras el anuncio de un ERE que afectaba a 129 personas de las plantas de Llodio y Amudio, en Álava. El Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) declaró nulos los despidos, por lo que Tubacex tuvo que readmitirlos sin llegar a reclamar su presencia para trabajar.
Tras varios intentos de llegar a un acuerdo, ofreciendo un ERTE hasta finales del año, dirección y representación de los trabajadores no se ponían de acuerdo, puesto que estos últimos solicitaban que la empresa retirara su recurso contra la decisión del TSJPV sobre los despidos colectivos.
Ahora Tubacex celebra el pacto al que ha llegado con los sindicatos, al que no se ha sumado LAB pero sí la mayoría del comité de empresa, que incluye prejubilaciones, bajas voluntarias y la reducción de una serie de partidas de gastos de personal, así como el incremento de la jornada laboral y la congelación salarial hasta 2025. Todo ello está recogido en el nuevo convenio colectivo que regirá la relación entre ambas partes hasta finales de 2024.
Según el escrito remitido a la CNMV, la compañía encara los siguientes trimestres "con optimismo". "El aumento en la entrada de pedidos ha permitido normalizar la actividad productiva en el resto de plantas del grupo, retirando así los ertes realizados en los últimos meses; una decisión que se mantiene en las plantas alavesas condicionada a la recuperación de la actividad y el mercado", señalan.