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El Banco Central de Turquía, en su reunión del jueves, ha tomado la primera medida para frenar la crisis de la lira turca y la alta inflación del país. En una suerte de desafío al presidente del país, Recep Tayyip Erdogan, la autoridad monetaria turca ha decidido subir los tipos de interés por encima de las expectativas del mercado. La noticia ha dado aire a BBVA, que ya había pedido que se tomaran medidas.
La acción de BBVA celebró en bolsa esta decisión, impulsado por la recuperación de la lira, que se depreciaba en torno a un 2,3% frente al euro. La cotización del banco que preside Francisco González avanzó el jueves hasta los 5,44 euros por acción tras subir un 4,28% a lo largo de una jornada que comenzó plano.
Esta subida es “lógica”, dado el “duro castigo” que ha recibido la entidad en las últimas semanas, cree el analista Juan José Fernández Figares, de Link Securities. Esta medida, en todo caso, “cambia poco el impacto de la crisis en el BBVA, al menos en el corto plazo”, según añade.
Aunque es cierto que la crisis de la lira era “uno de los mayores hándicaps que tenía la cotización de BBVA”, tampoco espera una “sobrerreacción” del valor, según Francisco Javier Arco, de XTB, que recuerda que el bancario es un sector “sensible”. Mientras el Banco Central Europeo (BCE) no eleve los tipos de interés, Arco cree que “le va a costar levantar cabeza” al sector, que “es más volátil a la baja por su componente dentro de la economía”.
BBVA PIDIÓ MEDIDAS
El consejero delegado de BBVA, Carlos Torres, señaló la semana pasada en el Congreso la necesidad de hacer algo frente a los avances de la lira turca en medio de las tensiones geopolíticas que vive el país, principalmente frente a Estados Unidos. “Es necesario que se tomen medidas para parar esa escalada”, argumentó respecto al círculo vicioso de la economía del país, en el que la devaluación de la lira y el aumento de la inflación se retroalimentan.
El segundo ejecutivo de BBVA defendió que el valor contable de su inversión en Garanti es de 4.400 millones de euros, por lo que su exposición a Turquía se limita a ese importe. El directivo también explicó que cada 10% de depreciación de la lira mueve el ratio de capital en dos puntos básicos y que su riesgo está “acotado” en el peor de los escenarios. La inversión de BBVA en Garanti se ha depreciado en torno a un 50% por el efecto divisa.
UN DESAFÍO A ERDOGAN
Solamente unos días después de estas declaraciones, ha llegado la primera medida del país contra la crisis de la lira turca, aunque desde Link Securities no se dejan llevar por el optimismo. “La subida de tipos en Turquía, superior a la esperada por el mercado, está permitiendo que la lira turca recupera algo del terreno perdido, aunque precipitará la economía turca a la recesión con casi toda seguridad”, apunta Fernández Figares.
El gestor de fondos de Fidelity Paul Greer cree que la decisión de la autoridad monetaria es “un movimiento audaz, dada la presión política interna del gobierno en contra de un alza de tipos”, pero debía haber llegado “a comienzos del verano”.
Coincide con Fernández Figares en la cautela. “El movimiento de hoy, aunque ayuda a moderar las presiones inflacionarias, acelerará el enfriamiento y probablemente empuje a Turquía a una recesión. Su próximo desafío será que la economía logre hacer frente a esta desaceleración, especialmente en el sector bancario, donde las ratios de capital se han erosionado y la calidad de los activos seguirá bajando”, apunta el gestor de Fidelity.
La decisión del banco central no solamente fue una subida de los tipos de interés, sino que estuvo por encima de lo esperado, a pesar de la oposición de Erdogan, que instó a la autoridad monetaria a rebajar el precio al que se presta la lira turca, tras un aumento superior al 10% desde mayo.
Se trata de una “buena noticia”, pues “lanza una señal de compromiso con la estabilidad de precios y despeja de algún modo el escenario sobre su independencia a la hora de tomar decisiones”, apunta la analista de Renta 4 Nuria Álvarez, que recuerda que el banco central ha dejado la puerta abierta a nuevas subidas de tipos de interés si es necesario.
Coinciden en Nomura, que celebra la decisión a pesar del retraso y apunta en un informe que era necesario subir las tasas de interés al menos 575 puntos básicos para mantenerse al día con el deterioro en las perspectivas de inflación. En todo caso, desde la firma advierten de que se mantiene el riesgo de un mayor aumento de las tensiones geopolíticas con Estados Unidos y ve "poco probable" que la decisión de hoy señale el final de los problemas económicos de Turquía o las preocupaciones de los inversores.
EL BANCO RESPIRA TRAS TOCAR MÍNIMOS
Con esta decisión de Turquía, BBVA toma aire después de haber llegado el viernes pasado a tocar sus mínimos del año, tanto a cierre (5,18 euros por acción) como intradía (5,118 euros). Desde el cierre del pasado año, los títulos de la entidad experimentan una caída del 23,5%. En su caída, el banco ha estado acompañado por el sector bancario europeo y también por algunos de sus competidores en el país.
No obstante, es cierto que la crisis de la lira turca ha tenido influencia en las acciones de la entidad, que está presente en el país a través del 49,85% del banco turco Garanti. Esta participación generó el 14% del beneficio de BBVA del pasado semestre, equivalente a unos 373 millones de euros, según los datos de la propia entidad.
El anuncio de la autoridad monetaria turca “debería apaciguar en parte esas dudas sobre Turquía y permitir que en el corto plazo BBVA recupere parte de lo perdido”, añade la analista de Renta 4.