Thyssenkrupp ha anunciado que en su año fiscal que finalizó el 30 de septiembre aumentó sus pérdidas hasta los 304 millones de euros frente a los 62 millones del mismo periodo del ejercicio anterior. Además, espera que las pérdidas continúen creciendo el próximo año. Con esto, ha decidido suspender su dividendo. Sus títulos han descendido un 13% en la sesión de este jueves.
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Por su parte, las ventas netas aumentaron levemente hasta los 42.000 millones de euros desde los 41.530 millones del año anterior. La entrada de pedidos fue de 41.990 millones de euros, frente a los 41.490 millones del anterior ejercicio.
"El desempeño de muchos de nuestros negocios no es satisfactorio", ha afirmado la directora ejecutiva, Martina Merz. Actualmente, la compañía está revisando sus divisiones, incluida la desinversión de la unidad de tecnología de ascensores, ya sea en una OPV o en una venta para crear "margen financiero", y dijo que espera una decisión en el primer trimestre del próximo año.
Debido a su débil desempeño operativo y la situación financiera, la compañía ha anunciado que propondrá no pagar dividendos para el año fiscal 2019. Además, la compañía también se enfrenta a una reestructuración, que incluye alrededor de 640 reducciones de empleos.