El grupo industrial alemán Thyssenkrupp registró un beneficio neto atribuido de 746 millones de euros en los nueve primeros meses de su año fiscal, frente a las pérdidas netas de 231 millones de euros contabilizadas en el mismo periodo del ejercicio anterior, según ha informado este jueves la compañía.
Sin embargo, como consecuencia del impacto derivado del deterioro en sus cuentas provocado por la subida de los tipos de interés en el tercer trimestre del ejercicio fiscal, la compañía ha enfriado su previsión de beneficio neto anual, que limita a un rango de tres dígitos en millones de euros, cuando anteriormente esperaba ganar "al menos 1.000 millones de euros".
Asimismo, la compañía prevé que sus ventas aumenten significativamente respecto de los 34.000 millones del año pasado, con un crecimiento de en torno al 10% y el 12%.
En los nueve primeros meses de su año fiscal, los pedidos de Thyssenkrupp sumaban 33.906 millones de euros, un 34,2% más que un año antes, mientras que las ventas alcanzaron los 30.571 millones, un 24,4% más.
Por otro lado, la compañía destacó los avances en el ajuste de su fuerza laboral, con el objetivo de lograr una reducción de 12.000 puestos de trabajo para el año fiscal 2023/2024, de los que la firma ya ha encontrado soluciones socialmente aceptables para alrededor de 9.500 empleados, incluidos alrededor de 1.700 trabajadores en los primeros nueve meses del ejercicio 2021/2022.
Entre abril y junio, el beneficio neto atribuido retrocedió un 39,2%, hasta 76 millones de euros, mientras que las ventas aumentaron un 26,2%, hasta 10.950 millones, y los pedidos recibidos crecieron un 13,4%, hasta 9.946 millones.
"En el tercer trimestre, demostramos una vez más nuestra eficiencia mejorada", destacó Klaus Keysberg, director financiero de Thyssenkrupp.