"Trimestre de pesadilla para Tesla". Así definen los estrategas el arranque de 2024 para el fabricante de vehículos eléctricos que ha disparado la preocupación en Wall Street ante la debilidad mostrada por la compañía. Y es que el último informe dado a conocer por Tesla muestra que las entregas han caído un 8,5% respecto al primer trimestre del año anterior. Las acciones de la firma han bajado un 4,90% en bolsa.
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De esta manera, la empresa ha reportado 433.371 coches producidos y 386.810 entregados hasta marzo. Las cifras se han situado por muy por debajo de las 422.875 entregas y la producción de 440.808 vehículos del mismo periodo de 2023.
Tesla no desglosa las ventas por modelo, pero sí ha indicado que produjo 412.376 automóviles Model 3/Y y entregó 369.783; mientras que la producción de sus otros modelos alcanzó las 20.995 unidades y las entregas las 17.027.
El mercado había anticipado una gran caída de las entregas trimestrales, aunque los datos han sido incluso peores que los pronósticos más débiles. De hecho, se preveían entregas de entre 449.080 y 457.000 para el periodo finalizado el 31 de marzo.
"Ha sido otro mal día para Elon Musk después de que Tesla informara de su primera caída en las entregas trimestrales en casi cuatro años. El distribuidor de vehículos eléctricos se ha visto cada vez más contaminado por su fundador", indica Danni Hewson, jefe de análisis financiero de AJ Bell.
"Pero Tesla no está solo cuando se trata de un menguante entusiasmo por el cambio hacia la automoción ecológica, ya que es menos probable que los consumidores sensibles a los precios cambien hábitos arraigados. Esto se siente más como un bache en el camino que como un semáforo, pero sin duda la precaución estará en la mente de los inversores que consideren el viaje de inversión de Tesla en el futuro", agrega Hewson.
Y todo ello en medio de la continua subida de precios que Tesla está llevando a cabo tanto en EEUU como en Europa, tras realizar un recorte temporal en febrero. "Este es el dilema esencial de la fabricación: las fábricas necesitan una producción continua para ser eficientes, pero la demanda de los consumidores es estacional", aseguró su consejero delegado, Elon Musk, en la red social X (antigua Twitter).
"Tesla comenzó a subir los precios de sus vehículos eléctricos en muchos lugares, incluida China, pero los inversores probablemente seguirán siendo escépticos con respecto al impacto de los aumentos de precios si el crecimiento de las ventas se revierte", valora Ipek Ozkardeskaya, analista sénior de Swissquote Bank.
"Si los inversores hicieron que el precio de las acciones de Tesla se disparara en los años anteriores, se debió principalmente a la expectativa de un crecimiento anual de alrededor del 50%. Si la narrativa de crecimiento fracasa, será difícil mantener a Tesla en la valoración actual (relación PE de alrededor de 67). En este contexto, sólo podríamos ver que el precio de las acciones de Tesla retrocediera aún más. Mi objetivo a la baja se sitúa en 150 dólares por acción", añade la experta.
En el primer trimestre del año, Tesla ha tenido que hacer frente a numerosos desafíos como la suspensión de la fabricación de coches en su gigafactoría de Alemania hasta en dos ocasiones: una por los ataques de los rebeldes hutíes en Yemen y otra como consecuencia de un sabotaje eléctrico.
Además de una avalancha creciente de competidores en China, como BYD y el recién llegado SU7 del fabricante chino de smartphones Xiaomi.
Las acciones de Tesla han bajado un 29% en el primer trimestre, la mayor caída desde finales de 2022 y la tercera caída trimestral más pronunciada desde la salida a bolsa de la compañía en 2010.
Las entregas son la aproximación más cercana a las ventas reportadas por Tesla, aunque habrá que esperar hasta el próximo 23 de abril para conocer sus resultados financieros del primer trimestre de 2024.