El teletrabajo ha llegado para quedarse. Esta es la "amenaza" que sobrevuela al mercado de alquiler de oficinas, que teme una fuerte contracción en la contratación, como asegura un alto directivo del sector. La pandemia ha cambiado por completo las tornas de este negocio que marcaba cifras récord a finales del año pasado y esperaba un 2020 todavía mejor.
En los últimos dos meses, muchas compañías han comprobado que se pueden gestionar de forma más eficiente con oficinas más pequeñas o incluso sin oficina. Este nuevo paradigma, sumado a la necesidad de reducir gastos para sobrevivir a la crisis del Covid-19, ha provocado que algunos empresarios sopesen cancelar su contrato de arrendamiento o reducir los metros que tiene contratados, según la misma fuente.
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Esta tendencia afectará en gran medida a los espacios de 'coworking', que van a sufrir una drástica reducción en el número de clientes. Así lo estima Workthere, que prevé reducir la ocupación hasta el 71% de su capacidad frente al 83% anterior a la pandemia. Y advierte de que podría disminuir entre un 5% y un 8% adicional por cada mes que se prolongue el confinamiento en cada país.
La migración de los despachos al salón de casa implica una reducción de la ocupación y el consiguiente exceso de oferta, que llevará a reducir los precios de los alquileres de oficinas en todo el mundo. "Como en cualquier situación de paralización de la economía, los precios como mínimo dejan de subir", destaca la directora nacional Capital Markets Oficinas de CBRE España, Paloma Relinque.
Con estos datos, es lógico pensar que se producirá una fuerte caída en la inversión en oficinas. No obstante, el sector inmobiliario se esfuerza por trasladar la idea de que se mantiene la demanda previa al Covid, a la espera de que se disipe la incertidumbre económica. En las últimas semanas, varios expertos han asegurado que en cuanto se reactive la actividad, se va a producir una rápida recuperación, sobre todo en vivienda y logística, porque los inversores están con el dinero en la mano.
De hecho, Relinque considera que "el trabajo en remoto que se está produciendo en la actual coyuntura está siendo una solución para no congelar la actividad en un entorno donde la alternativa era no trabajar en absoluto, pero dista mucho de ser la forma ideal de teletrabajar". Por eso, advierte a los empresarios de que "pensar que en el futuro algunos trabajos se realizarán exclusivamente desde casa, es igual que pensar que no volveremos a hacer deporte en un gimnasio".
La tendencia previa a esta crisis apuntaba a la flexibilidad apoyada por la tecnología. "Hasta ahora las organizaciones más exitosas había apostado por este camino, pero existía alguna resistencia por parte de algunos directivos", remarca Relinque. Con el teletrabajo obligado de estos últimos dos meses, cree que se han vencido estas dudas.
LAS SOCIMIS ESPERA CAÍDA EN LA OCUPACIÓN
Algunas socimis ya han empezado a reducir sus previsiones para este año, aunque intentan ser bastante comedidas para no alarmar a los inversores. Es el caso de Colonial, que la semana pasada estimaba que la crisis iba a tener un impacto de entre un 2% y un 6% en el total de sus ingresos por alquiler de oficinas que esperaba para este año.
El consejero delegado de Colonial, Pere Viñuelas, ponía sus barbas a remojar después de comunicar que este pasado abril, el primer mes completo tras el inicio de la crisis sanitaria, la declaración del estado de alarma y la paralización de actividades, había registrado incidencias en el cobro de las rentas que apenas suponen el 1% del total.
En el caso de Merlin Properties, solo se quedó sin cobrar el 1,6% de las rentas de sus oficinas, que suponen el 47% de los activos que tiene en alquiler. Es justo recordar que al principio de la pandemia ofreció una condonación del 100% del alquiler a los inquilinos más afectados por el coronavirus. Esta ayuda se prolonga hasta el 31 de julio o hasta que los negocios puedan reabrir sus puertas, aunque la socimi ya preparada otro plan de bonificaciones parciales post Covid.
