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La agencia de calificación de riesgo estadounidense S&P Global Ratings ha rebajado en un escalón la calificación crediticia de ACS, hasta 'BBB-', por el aumento de deuda que experimentó la compañía en 2020, aunque la agencia de calificación sigue manteniendo a la constructora dentro del grado de inversión.
La compañía disparó su deuda neta el año pasado hasta los 1.766 millones de euros, frente a los 54 millones en los que cerró el año anterior, debido a las inversiones acometidas en energía renovable y el aumento de la participación en la alemana Hochtief y la australiana Cimic.
La agencia de calificación también justifica el descenso de la nota de ACS en la venta del 50% de la minera Thiess que acometió Cimic a final de año, una operación que cree que reducirá el alcance de la actividad de la compañía y su diversificación geográfica y operativa.
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ACS se adjudica la ampliación del metro de Toronto por 670 millones de eurosDe hecho, cerca de dos tercios del resultado bruto de explotación (Ebitda) de la filial australiana procedían del negocio de Thiess, en torno a 793 millones de euros en 2019 y a 755 millones en 2020, e incluso un tercio del Ebitda de ACS.
Además, S&P ve a Elliot, el fondo que adquirió ese 50% por 1.150 millones de euros, como un mero socio financiero más que un aliado estratégico. "El control conjunto de Thiess plantea interrogantes sobre la relevancia estratégica de las actividades mineras para el grupo ACS", asegura la agencia calificadora.
Pese a todo, S&P sigue manteniendo a ACS en el grado de inversión, aunque a solo un escalón de caer al de especulación, y le otorga una perspectiva 'estable', confiando en que la compañía mantenga su ratio de deuda en niveles razonables.
En caso contrario, la agencia advierte de que seguirá rebajando su nivel crediticio. También lo hará si recibe menores dividendos de su participada Abertis o la venta de su negocio industrial a la francesa Vinci por 5.200 millones de euros redunda en una mayor debilidad para su negocio.
Sin embargo, "un compromiso claro de ACS con una política financiera más conservadora relacionada con las inversiones y la remuneración de los accionistas, así como unas métricas crediticias consistentemente más sólidas", favorecerían un alza de la calificación.