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Carlos Slim tiene plena confianza en que FCC supere rápidamente la crisis del coronavirus. No se explica si no que la constructora haya aprobado un dividendo de 0,40 euros por acción, que reportará al magnate méxicano un total de 95,8 millones de euros por su participación del 61,1%. La presidenta de la compañía, Esther Koplowitz, recibirá unos 32 millones por su 20%.
La construcción es uno de los sectores que menos se ha visto afectado por el Covid en España, país en el que la compañía obtiene más del 58% de sus ingresos. Solo se cesó la actividad durante dos semanas (coincidiendo además con la festividad de Semana Santa), mientras que la hostelería o el comercio llevan ya prácticamente paralizados durante casi dos meses.
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En otros países sí se ha producido un cierre de las obras más prolongado, un descenso de actividad que se vio reflejado en las últimas cuentas de FCC, sobre todo en áreas "especialmente expuestas" a la pandemia, como la de Construcción y Cemento.
Para hacer frente a estos efectos negativos, la compañía provisionó 20 millones de euros en el primer trimestre y ahora espera que se normalice la evolución de su negocio. Tras esta dotación, redujo su beneficio neto un 61,2% interanual, hasta los 28,1 millones. En cambio, consiguió elevar un 5% su resultado bruto de explotación (ebitda), hasta los 218,5 millones, gracias al mejor comportamiento de las actividades de medio ambiente y agua y al área de Concesiones.
SEGUNDO AÑO CON DIVIDENDO
Con la expectativa de un escenario en el que la enfermedad esté más controlada y no haya que realizar más provisiones extraordinarias, pagará un dividendo de 156,9 millones a cuenta de los 266 millones de beneficio que consiguió en 2019. Se trata de la misma cuantía que repartió el año pasado, cuando recuperó la remuneración a los accionistas que estaba suspendida desde 2013.
Esta retribución todavía tiene que ser aprobada por junta general de accionistas, convocada para el próximo 2 de junio. Cuando se consiga el visto bueno, se abonará mediante 'scrip dividend', es decir, el accionista podrá elegir entre cobrarlo en acciones, en efectivo o mediante la combinación de ambas alternativas.
