Los sindicatos de Santander y Popular han sido convocados el viernes a una reunión con las direcciones de ambas entidades para comenzar el proceso negociador de la reestructuración de la plantilla del grupo, a la que acudirán con el planteamiento previo de que el ajuste debe llevarse a cabo "a través de vías no traumáticas". De hecho, en el último año fuentes de los representantes han asegurado que presentarán más batalla que en negociaciones anteriores.
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Según han informado a Europa Press fuentes sindicales, la entidad no les ha comunicado aún su plan de ajuste, ni siquiera si se circunscribirá a los servicios centrales de ambas entidades, como avanzó el consejero delegado de Santander, José Antonio Álvarez, el pasado jueves.
El 'número dos' de la entidad explicó durante la presentación de los resultados del tercer trimestre del banco que se negociará con los sindicatos "básicamente" una reestructuración en los servicios centrales. Álvarez no quiso anticipar ni el número de trabajadores que se verán afectados, ni la forma en la que se aplicará el ajuste, dado que estas decisiones deben ser fruto de un acuerdo con los sindicatos, según apuntó.
El tema de la integración de sucursales requiere la previa integración tecnológica, lo cual nos lleva al año 2019
"El tema de la integración de sucursales requiere la previa integración tecnológica, lo cual nos lleva al año 2019", recordó el consejero delegado del grupo, que se hizo con Popular el pasado 7 de junio después de que la entidad pasara por un proceso de resolución decidido por las autoridades europeas.
Este ajuste se llevaría a cabo después de que tanto Santander como Popular aplicaran el año pasado sendos Expedientes de Regulación de Empleo (ERE). La reordenación de la primera entidad afectó finalmente a 1.380 trabajadores de Santander España, pero se incluyeron en el ERE 680 empleados. De estos, 300 correspondían a Santander España y 380 al centro corporativo.
Por su parte, el ERE presentado por Popular en 2016 se cerró en julio de este año con la salida de 2.592 trabajadores, el 17% del total, además del cierre de unas 300 oficinas del total de 2.093 sucursales con las que contaba la entidad, de forma que desapareció el 14% de su red comercial.
Tras la absorción de Popular, Santander cuenta con 200.949 empleados, un 0,3% menos que tres meses antes, según los datos proporcionados por la entidad al cierre del tercer trimestre. De ellos, aproximadamente un 6% corresponde a Popular, que al término del primer trimestre de este ejercicio -la última vez que presentó resultados- contaba con 15.020 trabajadores, 13.449 de ellos en España.