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Siemens.SURBER/FLICKR/CC - Archivo
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El grupo alemán de ingeniería y energía Siemens obtuvo un beneficio neto atribuido de 1.014 millones de euros en los tres primeros meses de su año fiscal 2019, lo que representa un retroceso anual del 53,7% en comparación con su resultado en el mismo periodo del ejercicio anterior, cuando sus cuentas reflejaron un impacto positivo por la venta de su participación en OSRAM, así como por la implementación de la reforma tributaria en EEUU, según informó la empresa.

"El cambio interanual se debe a dos factores positivos sustanciales ajenos al negocio industrial en el mismo periodo del ejercicio anterior", precisó Siemens en referencia a las plusvalías contabilizadas por la venta de su participación en OSRAM y un impacto positivo de 437 millones de euros relacionado con la reforma fiscal estadounidense.

"Sin tener en cuenta estos factores, el beneficio por operaciones continuadas del primer trimestre del ejercicio 2019 y el beneficio neto se sitúan en sus respectivos niveles de años anteriores", subrayó la multinacional bávara.

En el primer trimestre de su ejercicio fiscal, la cartera de pedidos de Siemens experimentó un incremento del 12% respecto al mismo intervalo del año anterior, sumando 25.172 millones de euros, mientras la facturación de la compañía creció un 1,5%, hasta 20.116 millones.

"Nuestro continuado alto crecimiento de los pedidos pone de manifiesto la confianza de los consumidores en el desempeño de nuestra empresa", declaró Joe Kaeser, presidente y consejero delegado de Siemens.

Al cierre del primer trimestre, Siemens contaba con unos 380.000 trabajadores en todo el mundo, frente a los 379.000 de un año antes, incluyendo unos 117.000 en Alemania y 263.000 en el resto del mundo.

De cara al resto del ejercicio, Siemens confía en el mantenimiento de un favorable entorno de mercado, con riesgos limitados relacionados con incertidumbres geopolíticas. De este modo, la compañía prevé un crecimiento "moderado" de sus ingresos sin tener en cuenta el impacto del tipo de cambio y de efectos de cartera, anticipando que los pedidos superarán a los ingresos.

Esperamos un margen de beneficios de entre el 11% y el 12% en nuestro negocio industrial en función de nuestra actual estructura organizativa, excluyendo cargos por indemnizaciones por despido, añadió la empresa, que prevé alcanzar un beneficio por acción de entre 6,30 y 7 euros sin tener en cuenta estos cargos, frente a los 7,12 euros del ejercicio 2018, cuando la compañía se benefició del impacto de la venta de sus participaciones en OSRAM y Atos, mientras asumió un impacto negativo de 0,76 euros por título por costes de despido, lo que supone 6,01 euros por acción al descontar estos elementos.

"Esta perspectiva excluye cargos relacionados con cuestiones legales y regulatorias y los resultados posteriores al cierre de la fusión de nuestro negocio de movilidad con Alstom, que esperamos cerrar en la primera mitad de 2019", añadió la empresa.

El pasado lunes, Siemens y la francesa Alstom plantearon nuevas concesiones a la Comisión Europea con el fin de superar los escollos por parte de los supervisores europeos a la fusión de sus respectivos negocios ferroviarios, sobre la que Bruselas decidió abrir el pasado verano una investigación en profundidad que resolverá a más tardar el próximo 18 de febrero.

Los grupos industriales precisaron que la "modificación" de las concesiones planteadas a Bruselas respecto de las ofrecidas inicialmente el pasado 12 de diciembre mantiene el valor económico e industrial de la transacción.

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