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Andrea Orcel, Ana Botín y José Antonio Álvarez, tras anunciar su nombramiento como CEOBANCO SANTANDER - Archivo
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El consejo de administración de Banco Santander ha acordado en su reunión no continuar con el nombramiento de Andrea Orcel como consejero delegado (CEO) del Grupo, debido a la elevada compensación diferida que debería cobrar el banquero italiano por su salida de la entidad suiza UBS. En noviembre, Bolsamanía ya publicó los problemas entre ambos bancos para llegar a un acuerdo, debido a los 50 millones de euros que debía cobrar Orcel por su salida.

Santander anunció en septiembre de 2018 el nombramiento de Orcel, sujeto a las condiciones habituales. "La comunicación fue necesaria dada la relevancia de su función y de factores regulatorios, legales y contractuales", explica la entidad.

Santander señala que Orcel acordó un sueldo como CEO "en línea" con el percibido por José Antonio Álvarez. "Sin embargo", añade, "en aquel momento no era posible anticipar el coste final para el Grupo de abonar las retribuciones diferidas que se le habían asignado en su puesto anterior y que habría perdido al abandonarlo".

"Por ello", explica Santander en un comunicado, "se procedió al nombramiento sobre la base de una estimación razonada del coste, de acuerdo con el asesoramiento recibido, los precedentes y las expectativas de que podría revisarse a la baja por la naturaleza de la relación entre ambos bancos y las diferencias en las actividades que llevan a cabo".

Sin embargo, tras las "conversaciones" mantenidas con UBS, "ha quedado claro ahora que el coste para Santander de compensarle por su retribución diferida a lo largo de siete años, y otros beneficios que le correspondían por su puesto anterior sería una suma significativamente mayor que la prevista inicialmente por el consejo en el momento del anuncio de su nombramiento".

El consejo explica que "considera que sería inaceptable para un banco comercial como Santander hacer frente al coste de contratar a una persona, aunque sea de este nivel y esta trayectoria, a la luz de los valores de la entidad y de la responsabilidad que tiene con sus accionistas y las sociedades de los países en los que opera. En este contexto, el consejo considera que no sería adecuado seguir adelante con el nombramiento".

ÁLVAREZ SEGUIRÁ COMO CEO

Tras esta decisión, Santander confirma que "José Antonio Álvarez, que ha seguido como consejero delegado tras el anuncio del nombramiento y que tenía previsto ocupar la presidencia de Santander España en marzo próximo, se mantendrá como consejero delegado del Grupo. Asimismo, ocupará el puesto de vicepresidente del consejo".

Por ello, "Rodrigo Echenique, que tenía previsto dejar su actual cargo de presidente de Santander España en marzo, continuará hasta la designación de su sucesor".

LA EXPLICACIÓN DE ANA BOTÍN

Ana Botín ha comentado, tras el fiasco del nombramiento de Orcel, que "como banco comercial, teníamos que sopesar el alto coste de contratar a un profesional, aunque sea alguien del talento de Andrea Orcel, a quien había que compensar la pérdida de siete años de salario diferido, con nuestra cultura corporativa, que implica compromiso y responsabilidad con nuestros empleados, clientes y accionistas".

"Por eso", ha añadido, "el consejo y yo misma, estamos convencidos de que, pese a que resulta una decisión difícil, hemos tomado la correcta. Tanto el equipo como yo esperábamos con ilusión la incorporación de Andrea. Le deseamos mucha suerte en el futuro".

Por último, ha añadido que "tenemos la suerte de tener a José Antonio Álvarez, que ha aceptado continuar como CEO. Estoy convencida de que seguiremos trabajando tan bien como lo hemos hecho en los últimos cuatro años, consiguiendo un crecimiento rentable y logrando que cada vez más clientes confíen en Santander para ayudarles a progresar. Presentaremos juntos al mercado una actualización de nuestra estrategia en los próximos meses y estamos convencidos de que Santander tiene por delante una gran oportunidad”.

El mercado había anticipado que la llegada de Orcel suponía un giro estratégico para Santander, debido a que su experiencia en banca de inversión abría la puerta a nuevas operaciones corporativas a gran escala. A partir de ahora, y tras el anuncio de esa nueva actualización estratégica, los inversores y analistas deberán ajustar de nuevo sus expectativas a la continuidad de Álvarez como CEO.

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