El Banco Santander colocó el viernes su nuevo logotipo en el edificio que iba a ser la nueva sede del Popular y al que se trasladará la plantilla de Santander España. Todo un símbolo en la semana en que se cumple un año de la resolución de la histórica entidad que arruinó a 300.000 accionistas y bonistas.
Esta sede, situada en la salida de Madrid por la A2, se comenzó a construir en la etapa de Ángel Ron como presidente con la intención de comunicarla con el edificio de informática del Popular, al otro lado de esta autopista. La resolución del banco se produjo cuando el edificio estaba sin terminar. Tras un período en que dudó si venderlo o aprovecharlo, Ana Botín decidió acabar de construirlo para trasladar su filial en España desde el antiguo complejo de Banesto en la calle Mesena.
Este edificio, de 50.000 metros cuadrados sobre rasante, estaba llamado a agrupar las distintas sedes que tenía el Popular en Madrid desde que Luis Valls Tabernes vendió el Edificio Beatriz, en un movimiento similar (a pequeña escala) a los realizados por el propio Santander en su Ciudad Financiera de Boadilla o el BBVA con el edificio de la Vela.
Pero el hundimiento del banco dio al traste con estos planes. La insuficiencia de provisiones y capital (el 'agujero') que no fue capaz de cubrir Ron y la incapacidad de Saracho para volver a ampliar capital o vender el banco provocaron un desplome de la acción y una huida de depósitos que se aceleraron en junio del año pasado hasta hacerlo inviable. La Junta Única de Resolución decidió intervenirlo el 7 de junio y el Santander fue el único que presentó una oferta por la entidad, el famoso euro. El edificio venía en el lote.