La batalla entre Banco Santander, Aegon y Allianz por la ruptura de la alianza que esta última mantenía con Popular está cerca de resolverse porque todo el mundo va a ceder en sus pretensiones: Aegon pagará más de lo que ofrecía inicialmente por el 60% de la sociedad conjunta Allianz-Popular, Allianz se conformará con menos de lo que pedía y, lo más llamativo, Santander pondrá dinero para conseguir cerrar el acuerdo. Santander ha confirmado esta mañana a la CNMV este acuerdo adelantado por Bolsamanía, y Aegon ha anunciado que pagará hasta 290 millones; el resto, a cuenta del banco.
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Este enredo proviene de que, tras la compra del Popular, Santander se encuentra con dos proveedores de productos de seguros: Aegon, que es el suyo, y Allianz, que era el de la entidad adquirida hace un año. La integración de la red del Popular en la de Santander dará lugar al cierre masivo de oficinas del primero; si supera el 25%, se disparará la cláusula de cambio de control de la 'joint venture' con Allianz, que le obligaría a indemnizar a la alemana recomprando su 60% en la sociedad. Además, en caso de integración total —que es el plan del Santander—, la ley española impide tener dos proveedores de seguros.
Por tanto, el Santander tendría que resolver el contrato con Allianz. Pero la entidad que preside Ana Botín despejó esta obligación hacia su socio Aegon, con el argumento de que, si quiere seguir siendo su proveedor, es él quien debe adquirir la parte de seguros del Popular a Allianz. Desde su perspectiva, le da lo mismo que Aegon compre la parte del Popular a Allianz o que Allianz compre la parte del Santander a Aegon y pase a ser su nuevo socio: él es el sujeto pasivo, las aseguradoras son quienes quieren asociarse con él y, en consecuencia, el banco no estaba dispuesto a pagar nada a nadie.
Allianz, por su parte, exigía valorar el 100% de la 'joint venture' en 1.600 millones (lo que implicaba 960 millones para su 60%) para romper el acuerdo con Popular y dejar el terreno libre a Aegon y no tenía prisa: mientras se resolvía el entuerto, ella seguiría haciendo negocio, ya que tanto los clientes como las pólizas no son ni de Popular ni de Santander: son suyos.
Por último, la holandesa Aegon estaba interesadísima en comprar la parte de Allianz para mantener su relación con el primer banco español, pero no estaba dispuesta a perder hasta la camisa en el empeño, por lo que planteó una oferta que valoraba el 100% en unos 600 millones (360 por el 60%), 1.000 menos de los exigidos por la firma alemana. Es decir, las posiciones estaban alejadísimas y muchos apostaban porque la disputa se resolviera en un arbitraje o directamente en los tribunales.
SOLUCIÓN SALOMÓNICA
Para evitarlo, el Santander ha aceptado rascarse el bolsillo para complementar la oferta de Aegon, según fuentes conocedoras de las negociaciones. A cambio, ha exigido a las dos aseguradoras que rebajen sus pretensiones: que la holandesa ponga más de los 360 millones ofrecidos, y que Allianz se conforme con menos de los 960 exigidos. La cifra definitiva no está cerrada, pero Aegon ha anunciado este martes un pago inicial de 215 millones más otros 75 variables en cinco años. Como el acuerdo con Allianz no está cerrado, no se sabe la cifra definitiva; pero lo que exceda de esos 290 millones correrá a cargo del Santander..
Santander y Allianz declinaron hacer comentarios sobre esta información. Tras la publicación de esta información en Bolsamanía, el banco ha remitido un hecho relevante a la CNMV en el que confirma haber alcanzado un acuerdo con Aegon y el "proceso de terminación de la alianza entre Banco Popular y el Grupo Allianz en España". No ofrece detalles sobre las cantidades, sino se limita a decir que "su impacto combinado en el capital CET1 fully loaded y en la cuenta de resultados del Grupo no será significativo".
La resolución de la alianza Allianz-Popular es el último fleco pendiente de la polémica compra del Popular por un euro tras la resolución de este banco al declararse inviable. Santander ha ido resolviendo otros problemas, como WiZink -vendido a Värde por 700 millones tras segregar las tarjetas del antiguo Popular-, TotalBank -vendida al chileno BCI por 444 millones-, o la red de cajeros, que ya pueden utilizar los clientes de Santander. La semana pasada, firmó un acuerdo con sus trabajadores para homologar sus condiciones con los procedentes del Popular.