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Banco Santander (-1,48%) y Mapfre (-1,40%) han sufrido fuertes caídas este viernes en el Ibex 35. Ambas entidades se están volviendo a ver lastradas por el recrudecimiento de la crisis de Brasil y su real brasileño.
El 29% de los ingresos del Santander proviene de Brasil, situándose como primer mercado para la firma presidida por Ana Botín por nivel de facturación. Por su parte, Brasil representa el segundo mercado de Mapfre, que obtiene allí el 21,5% de sus ingresos totales.
El 29% de los ingresos de la entidad financiera proceden de tierras brasileñas
La crisis en Brasil sigue agravándose. El Bovespa cerró la última sesión cayendo un 3% (después de llegar a desploamrse hasta un 6%), con el real brasileño en caída libre horadando aún más en su propia devaluación.
"La presión extra de la crisis en países emergentes como Brasil" es una de las causas del incremento del sentimiento del riesgo entre los inversores, según los expertos de Danske Bank. Al fin y al cabo, apuntan que "la incertidumbre política antes de las elecciones, junto con el sentimiento general de agitación en los mercados emergentes está presionando" al mercado brasileño.
El real brasileño sigue debilitándose. La divisa se dejó al cierre de la sesión un 1,5% (con una caída acumulada del 4% en los dos últimos días), situándose en niveles inéditos desde la crisis política que llevó a la destitución de la ex presidenta, Dilma Rousseff, en 2016.
Precisamente la caída del real brasileño marcó los resultados del primer trimestre de Mapfre. El Área Regional Brasil de la firma cerró con un volumen de primas de 1.013 millones de euros, un 1,58% menos que en el mismo periodo del año anterior. Un descenso motivado por la devaluación de la divisa brasileña, que llegó a acumular una depreciación del 16%-
La dramática situación en Brasil tiene lugar tras la política de control de precios del combustible, que generó una multitudinaria huelga de camioneros que reclamaban la rebaja de precios y la vuelta a una política más social y de izquierdas. La inestabilidad en el país está impulsando en las encuestas políticas a los candidatos populistas de extrema izquierda y derecha, de cara a las próximas elecciones que tendrán lugar en octubre.
"Creo que todo es el reflejo de algunos de los cambios en las perspectivas de Brasil en las últimas dos o tres semanas", señala Alejo Czerwonko, estratega de UBS. "Una combinación de dinámicas políticas y sociales, junto con una perspectiva económica menos benigna. Todo ello, en un contexto poco amistoso", concluye.
Los inversores temen que el ganador de las elecciones no tenga la voluntad política de convencer al ya de por si ienstable congreso y a la opinión pública para llevar a cabo una reforma de la seguridad social, un reajuste que sería necesario para zanjar la gran brecha de los Presupuestos del país.