El nombramiento de Andrea Orcel como CEO del Banco Santander sigue siendo la comidilla del mundo financiero (la sucesión de Francisco González estaba descontada y solo faltaba confirmar la fecha). Uno de los ángulos más comentados es la derrota de los dos grandes aspirantes al puesto: Rami Aboukhair y José García Cantera, los dos delfines de Ana Botín que ahora quedan a los pies de los caballos.
Es bien sabido que, en las guerras internas de las grandes empresas, aspirar a llegar alto y no lograrlo suele acabar mal. El ejemplo más palmario fue el de José Ignacio Goirigolzarri en BBVA, y ahora podríamos ver una historia parecida con la guardia de corps de la presidenta del Santander.
Como informó Bolsamanía el miércoles, el nombramiento de José Antonio Álvarez como CEO fue una exigencia del consejo cuando aprobó el nombramiento de Ana Botín, pero tenía fecha de caducidad cuando culminara la renovación del órgano de gobierno. Según se aproximaba esa fecha, se perfilaban como grandes aspirantes al puesto García Cantera y Aboukhair.
El primero fue el hombre de confianza de Botín desde 2003 en Banesto, y en 2006 lo hizo consejero delegado, puesto que ocupó hasta la fusión con Santander en 2012. Cuando la hija de Emilio Botín se fue a Londres, no se lo llevó con ella, pero lo recuperó al acceder a la presidencia del grupo para ocupar el vacío dejado por Álvarez en la dirección financiera. Tanto la confianza absoluta de la presidenta como la lógica de que el nuevo CEO fuera, de nuevo, el director financiero, jugaban a su favor.
Sin embargo, fuentes conocedoras de la situación aseguran que su labor no está siendo todo lo buena que esperaba la presidenta. Hay que tener en cuenta que el momento es complicadísimo, con los tipos en negativo, los márgenes en mínimos y, encima, la crisis de las divisas emergentes, que puede golpear duramente al Santander en Brasil.
ABOUKHAIR, EL PADRE DE LA CUENTA 1, 2, 3
En cuanto a Aboukhair, de ascendencia siria, fue el relevo de Cantera como mano derecha de Ana Botín en su etapa en Santander UK, y se lo trajo a España para replicar la Cuenta 1, 2, 3 que tanto éxito había tenido en Gran Bretaña. Pero si en Reino Unido Santander estaba obligado a ganar masa crítica y tenía sentido lanzar un producto a pérdida, aquí no existía esa necesidad. Y las pérdidas de la cuenta -unos 600 millones el primer año y otros 400 en el segundo-, aunque se han reducido por los sucesivos recortes a su rentabilidad, siguen pesando en las cuentas de Santander España.
Además, Aboukhair ha tenido problemas en su relación con la plantilla, debido, según otra de las fuentes consultadas, a su carácter irascible. Recientemente protagonizó un pequeño incidente en un restaurante porque le fueron a cobrar con un TPV del BBVA. Y ahora le tocará negociar el duro ERE tras la integración del Popular del que da cuenta hoy Bolsamanía.
Con el fichaje de Orcel, los dos se han quedado con la miel en los labios. "Es todo un aviso a navegantes de que, o se ponen las pilas, o la tierra puede abrirse bajo sus pies. Algo que, por otra parte, era el estilo habitual de don Emilio", señala una de las fuentes.
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