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Santander se mantiene tranquilo en la bolsa española (sube un 0,3%. Este martes se dejó un 2,4% en Wall Street) tras conocerse, después del cierre de la pasada sesión, que finalmente no fichará a Andrea Orcel como consejero delegado debido a los elevados costes que supone.
Al parecer, las condiciones contractuales con UBS garantizaban un bonus diferido de unos 50 millones, algo que el consejo de Santander no ha aceptado. José Antonio Álvarez seguirá como CEO de la entidad cántabra y tendrá también la condición de vicepresidente de Santander, quedando sin efecto su designación como presidente de Santander España.
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Un pacto con Ana Botín libra al Santander de indemnizar a Orcel por la rupturaPor su parte, Rodrigo Echenique Gordillo, que tiene previsto cesar en su actual cargo de presidente de Santander España en marzo, continuará en el mismo hasta la designación de su sucesor y mantendrá la condición de vicepresidente del consejo de Santander.
"En cualquier caso, y aunque no parece que lo que ha ocurrido vaya a llegar a más, parece una chapuza el 'dejar sin efecto el nombramiento' dado que podrían haberse estudiado las cláusulas del contrato del directivo de la entidad suiza antes de anunciar su contratación", señalan los analistas de AlphaValue.
Fue a finales de septiembre del año pasado cuando Santander anunció la bomba del fichaje de Orcel, adelantándose en un día al anuncio de BBVA de la salida de Francisco González y su sustitución por Carlos Torres. Los expertos interpretaron entonces que este nombramiento podría ir enfocado a un cambio en la estrategia de crecimiento orgánico seguida por el banco cántabro desde hace años. 'Bolsamanía' les informaba entonces de que su elección podría significar que la entidad cántabra se preparaba para realizar una gran operación.
A finales del año pasado se empezó a hablar del retraso de la llegada de Orcel al banco precisamente por el conflicto del bonus con UBS. Tanto esta web como otros medios informaban de que este conflicto iba a provocar que la entrada de Orcel se retrasase desde la fecha anunciada (enero) hasta abril. Finalmente, el acuerdo parece que ha sido imposible y la situación se ha saldado con Santander 'reculando', en un movimiento nada propio de un banco de esta envergadura y reputación.