Ryanair presentó hace unos días pérdidas de 19,6 millones en su tercer trimestre fiscal, cerrado en diciembre, y lo achaca a la caída en las tarifas durante el invierno y al exceso de oferta en los cielos europeos. La aerolínea avisaba días antes del mal rumbo de su operación con un segundo profit warning en cuatro meses y la expectativa para el año completo no prevé mejoras.
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Aun así, para los analistas, es la aerolínea que mejor preparada está para capear el temporal del sector aéreo. ¿Por qué? Su modelo ‘low cost’ con costes de operación calculados al milímetro y unos sólidos ingresos complementarios que se obtienen a través de ventas como el embarque prioritario, la facturación de maletas o los servicios de cafetería a bordo.
En los nueve primeros meses de su ejercicio, los ingresos de Ryanair aumentaron un 9%, hasta los 1.530 millones, apoyados en el “sólido aumento” de estos ingresos ‘extra’. Las ventas complementarias aumentaron un 26%, hasta los 557 millones. En total, en los nueve meses a diciembre, estos ingresos han crecido un 27%, hasta los 1.841 millones, y se encaminan a superar con creces los 2.000 millones con que cerró 2017.
El acelerón coincide con los primeros meses de vigencia de su nueva (y polémica) política de equipajes: para poder viajar con dos piezas equipaje de mano, el pasajero debe comprar un embarque prioritario. Así, desde el 1 de noviembre, pasó a cobrar entre 6 y 8 euros por llevar una maleta de cabina que hasta la fecha era gratis.
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El incremento de los ingresos, sin embargo, no ha servido para compensar el mordisco que han dado tanto el carburante (los gastos aumentaron un 6%), como los mayores gastos de personal y costes que han acarreado las huelgas de personal derivados de la cancelación y retraso de vuelos y las indemnizaciones que se deben abonar a los pasajeros afectados en esos días.
CASI 20 EUROS POR PASAJERO
De ventas complementarias Ryanair sabe un rato. Su nivel de facturación lo sitúa a la cabeza de las aerolíneas europeas y, a nivel mundial, se coloca por detrás de United Airlines, DElta Air Lines, American Airlines y la ‘low cost’ Southwest.
La diferencia es que la irlandesa no cuenta con programa de fidelización con el que ingresar unos euros adicionales. Por eso su cifra anual es la mitad de lo que ingresa United (4.900 millones), según el estudio que elabora Cartrawler e IdeaWorks sobre este tema y que analiza más de 140 aerolíneas.
Los ingresos por servicios complementarios representan casi un 11% de la facturación total de las aerolíneas en todo el mundo. En 2018, apunta CarTrawler, la elección de asientos, el embarque rápido o la venta a bordo proporcionó a las aerolíneas más de 82.000 millones de euros. Según las estimaciones de IATA, los más de 4.300 millones de pasajeros gastarán alrededor de 871.000 millones de dólares, es decir, un gasto medio de unos 21,3 dólares (20 euros) por persona.