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El fabricante británico de motores para la industria aeroespacial Rolls-Royce acometerá una reestructuración de su actividad durante los próximos 24 meses que resultará en el recorte de 4.600 puestos de trabajo, la mayor parte en Reino Unido, con un coste estimado de 500 millones de libras (567 millones de euros) y la expectativa de alcanzar un ahorro de 400 millones de libras anuales (454 millones de euros) para finales de 2020, según ha anunciado la compañía.
"Rolls-Royce anuncia la siguiente etapa de nuestro esfuerzo por ganar ritmo y simplicidad con una propuesta de reestructuración que ofrecerá mejores rendimientos, mayores márgenes y un incremento del flujo de caja", indicó la empresa.
Alrededor de la tercera parte del ajuste de empleo anunciado, algo más de 1.500 puestos de trabajo, se llevará a cabo a finales de 2018 y se aumentará su impacto a medida que avance 2019 con el objetivo de haber completado el programa de reestructuración a mediados de 2020.
La compañía calcula un impacto negativo de esta reestructuración de unos 500 millones de libras esterlinas (567 millones de euros), incluyendo el coste de las indemnizaciones por despido y las inversiones necesarias para llevar a cabo el programa. Por su parte, Rolls-Royce estima que las medidas de reestructuración permitirán ahorrar 400 millones de libras (454 millones de euros) a finales de 2020.
"La creación de una organización más racional con ritmo y simplicidad en su núcleo nos permitirá generar rentabilidades y ser capaces de invertir de cara al futuro", declaró Warren East, consejero delegado de Rolls-Royce, señalando que la compañía pretende reducir su complejidad para ganar agilidad en la toma de decisiones y eliminar duplicidades.
Las acciones de Rolls-Royce han comenzado la sesión en la Bolsa de Londres con una subida superior al 2% tras el anuncio del plan de reestructuración de la compañía.