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Repsol ha regresado a los mercados de bonos con el lanzamiento de una emisión por 750 millones de euros a ocho años, con una demanda que ha superado los 4.000 millones de euros. El cupón (0,25) es el más bajo de toda la historia de la compañía y además el mas bajo de un emisor corporativo con calificación BBB, según han informado fuentes del mercado.
En la operación han participado entidades como CaixaBank, Santander, Citigroup, Natixis, Goldman Sachs, HSBC, Morgan Stanley, JP Morgan y UniCredit.
Fuentes del mercado indicaron que la emisión se ha realizado en un momento propicio para contar con el respaldo de los inversores, con una ventana mayor de oportunidades para la colocación y para conseguir una financiación barata. Así, la oferta por la emisión lanzada por la petrolera ha llegado a superar los 4.000 millones de euros, multiplicando así por seis la demanda.
La última vez que el grupo presidido por Antonio Brufau acudió a los mercados fue en mayo de 2017, con una emisión de un bono 'verde' por 500 millones de euros, lo que la convirtió en la primera empresa del sector del petróleo y del gas del mundo en realizar una operación de este tipo.
De todas maneras, esa emisión no era de las características de la realizada ahora, ya que los bonos 'verdes' son un producto de renta fija que se emite con la garantía de que la cantidad que se ingrese se destinará a actividades de carácter sostenible, algo que debe ser constatado por un agente verificador.
SÓLIDOS RESULTADOS Y RECOMPRA DE ACCIONES
El pasado miércoles, Repsol presentó sus resultados del primer semestre del año, en el que obtuvo un beneficio neto de 1.133 millones de euros en un contexto de precios más bajos del crudo, caída de los márgenes internacionales de refino y con la suspensión de la producción en Libia durante, prácticamente, la mitad del semestre.
Asimismo, el grupo anunció que propondrá a su junta general una mejora de la retribución a sus accionistas a través de la amortización de un 5% del capital social.
Repsol indicó que esa mayor capacidad de generación de caja mostrada por la compañía se deriva de la eficaz gestión de sus activos en el actual escenario de precios, lo que basa esta decisión de realizar la recompra y amortización de acciones para una mayor retribución a sus accionistas.
El año pasado, Repsol ya aprobó la recompra ('buyback') de la parte distribuida en acciones para compensar el efectivo dilutivo del 'scrip dividend'.
La actualización de la estrategia de la petrolera a 2020 prevé un incremento del dividendo del 8% anual para situarlo en los 0,95 euros en 2019 y recuperar el euro por acción al final del periodo.