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Como no podía ser de otra manera, los resultados de Repsol hasta septiembre han estado muy marcados por el auge del precio el crudo. Para lo bueno y para lo malo. Con el Brent cotizando un 39% por encima del mismo período de 2017, la petrolera tiene muy claro que el “entorno sostenido de precios elevados del crudo”, impacta en sus cuentas “tanto positiva como negativamente”, en palabras de su consejero delegado, Josu Jon Imaz. Y la compañía está preparada para lidiar con el abaratamiento en los precios que se ha dejado notar en octubre. Es más confía en que mejoren el punto flaco de sus resultados: el margen de refinado.
“Nos adaptamos día a día a las cotizaciones y tratamos de optimizar todos nuestros recursos”, ha asegurado Imaz durante la presentación de resultados del tercer trimestre, que han alcanzado cifras récord de una década. Por este motivo, se muestra convencido de que aunque el declive del precio por barril prosiga y se agudice en 2019, tal como prevén los analistas de Julius Baer, la compañía se mantendrá en la senda para lograr sus objetivos, acelerar nuevos proyectos e incrementar el dividendo hasta un 8% de media anual, para alcanzar el euro por acción en 2020.
Los analistas de Renta 4 coinciden con el optimismo exhibido por el presidente de la petrolera ya que consideran que “el grado de fiabilidad de cumplimiento en 2018 es alto”. En este sentido, a pesar de que el barril de petróleo prosiga, hasta finales de año, con la tendencia a la baja de este mes de octubre, los analistas estiman que en el acumulado anual los resultados de exploración y producción se mantendrán elevados.
Renta 4 considera que “el grado de fiabilidad de cumplimiento en 2018 es alto”
Por otra parte, el alivio de la presión en los precios contribuirá a la mejora del índice por refinado, que se ha ubicado en las cuentas del tercer trimestre en los 6,7 dólares por barril, según datos de la compañía. En los nueve primeros meses del año, la contribución de la actividad de 'Downstream' (refino, petroquímica, comercialización y regasificación), se redujo un 23% hasta 1.098 millones, “debido a un entorno más complicado en los negocios de refino y química a pesar de los mejores resultados de GLP, Marketing y Gas & Power”, explican los analistas de Bankinter.
La valoración de RBC Capital Markets también se enfoca en la “debilidad de este segmento”, que ha contribuido a que los resultados -que califican de “mixtos”-, se hayan quedado “por debajo de las expectativas”. Inciden desde el banco de inversión canadiense en la “volatilidad del refinado” como uno de los factores principales de preocupación.
MEJORA DEL ÍNDICE DE REFINADO
El consejero delegado de Repsol ha contestado a los analistas que espera que el margen de refino se quede muy cerca de la media de los últimos años, en los 6,9 dólares por barril. Así, se ha aferrado a la caída en los precios del crudo en octubre para anticipar que, si no alcanza esta cifra, se ubicará un punto por debajo, en los 6,8 dólares.
También ha avanzado que la compañía se preparará el año próximo para capturar los beneficios de la implementación, en 2020, de la regulación de la Organización Marítima Internacional (OMI) sobre las petroleras. Y ha asegurado que el área de refinado de la compañía está “perfectamente posicionada” para aprovechar la demanda del petróleo con bajo contenido en azufre que “va a incrementarse a medida que la industria del transporte marítimo se prepare para cumplir la nueva normativa de este organismo”, apuntan analistas de Lazard Asset Management.
A pesar del pinchazo en el refino, el beneficio neto de Repsol en los primeros nueve meses del año se situó en 2.171 millones de euros, un 37% más que en el mismo periodo del ejercicio anterior. Ha sido el mayor obtenido por la compañía en idéntico periodo desde hace diez años, impulsado por la división de 'Upstream' (exploración y producción de las reservas de crudo y gas natural). Unos datos que, anticipan desde Renta 4, “están en línea para cumplir con la guía de producción recientemente reiterada”.
Imaz, por su parte, ha señalado que la empresa “está en el buen camino” y prevé alcanzar otras metas fijadas para 2018 como, por ejemplo, la aceleración de la rotación de activos o la transacción de Viesgo, que estima que será “el epicentro de su crecimiento inorgánico a dos años vista”.