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RENFE

La compañía ferroviaria ha diseñado un plan a cinco años para rejuvenecer su plantilla. Tras siete años sin apenas incorporaciones, Renfe ha acelerado las ofertas de empleo público para cubrir tanto las jubilaciones como las bajas incentivadas dirigida a los trabajadores con un mínimo de dos años de antigüedad y más de 61 años.

La edad media de la plantilla se sitúa en los 52 años, y la prioridad de la compañía es renovar el 40% de su personal. En concreto, en 2019 se incorporarán un total de 825 personas, y se producirán unas 700 salidas anuales, ya sean desvinculaciones parciales o totales. En estas cifras no se incluyen las jubilaciones, anticipadas o no.

Más de la mitad de esas 825 incorporaciones previstas en 2019 van dirigidas para cubrir puestos de maquinistas, el colectivo más numeroso. Los conductores de tren representan un 34% de la plantilla, compuesta por unos 14.700 trabajadores que se dedican a tareas técnicas, administrativas o de transporte.

En cuanto al plan de desvinculaciones, Renfe ofrece a los interesados una indemnización equivalente al 60% de su salario bruto mensual, a la que hay que sumar 1.000 euros por cada mes que les falte hasta alcanzar la fecha de jubilación. La compensación oscila entre cuatro y seis mensualidades, en función de las edades de los candidatos, según los datos del II Convenio Colectivo firmado con los sindicatos en marzo de este año.

AVALANCHA DE SOLICITUDES

Según ha informado Renfe, a pesar de que los interesados no tienen derecho a recibir la prestación por desempleo, han registrado un alto volumen de solicitud de bajas voluntarias. El sindicato de funcionarios CSIF recibió 1.700 solicitudes en 2018, de las que se concedieron 800. En lo que va de año, Renfe ha recibido 2.050 peticiones de desvinculación total (66%) y parcial (34%) pero solo ha aprobado 612 y 371 salidas, respectivamente.

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