El banco británico Royal Bank Of Scotland (RBS), entidad en la que el Gobierno de Reino Unido mantiene una participación del 62,4%, obtuvo un beneficio neto atribuible de 707 millones de libras esterlinas (819 millones de euros) en los tres primeros meses de 2019, un 12,5% menos que en el mismo trimestre del año pasado, informó la entidad, que ha advertido del impacto de la incertidumbre sobre el Brexit.
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"Reconocemos que el impacto continuo de la incertidumbre del Brexit en la economía y el retraso asociado en las decisiones sobre préstamos comerciales probablemente hagan que el crecimiento de los ingresos sea más difícil en el corto plazo", advirtió el banco.
Los ingresos de la entidad parcialmente nacionalizada sumaron un total de 3.037 millones de libras (3.518 millones de euros) en el primer trimestre, un 8% menos que un año antes, con una caída del 5,3% de los ingresos por intereses netos, hasta 2.033 millones de libras (2.355 millones de euros).
Por su parte, los gastos operativos del banco británico registraron un descenso anual del 3,6%, hasta situarse en los 1.938 millones de libras (2.245 millones de euros).
RBS ha abierto el proceso de búsqueda de un nuevo consejero delegado, después de que Ross McEwan presentase este jueves su renuncia tras cinco años y medio al frente de la entidad, aunque el ejecutivo permanecerá en su actual cargo durante el tiempo necesario hasta que haya sido designado un sucesor y se haya realizado el correspondiente traspaso de poderes de manera ordenada.
