“Dosificar la presencia”. Telefónica ha puesto en revisión todas sus operaciones en América Latina, con excepción de un país, Brasil. No tiene claro qué va a hacer con su negocio en ocho mercados y, de momento, les ha colgado, a la vez, el cartel de ‘se vende, se alquila o se comparte’. En palabras de su presidente, José María Álvarez-Pallete “No podemos no cambiar. No podemos dejar que se debiliten sin hacer nada”, justificó a los medios de comunicación y a su propia plantilla en la presentación de su nueva hoja de ruta.
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En ella, sólo cuatro países están en el foco: España, Reino Unido, Alemania y la ya citada Brasil. El propio Álvarez-Pallete destacó que sólo con estos cuatro mercados tiene cubiertos el 80% de sus ingresos. Y así es, según los últimos datos publicados por la multinacional.
De esta forma, si Telefónica optase por la alternativa más radical, abandonar sus operaciones en esos países (Argentina, Chile, Perú, Colombia, México, Ecuador, Uruguay y Venezuela), se quedaría con un 20% menos de sus ingresos anuales. Es decir, perdería 9.894 millones de euros de volumen de facturación, según se puede comprobar en su informe anual de 2018. Y es cierto que esas ocho divisiones, que a partir de ahora agrupará bajo un solo paraguas, han rebajado (aunque de forma irrisoria) su aportación en lo que va de 2019 porque, al cierre de septiembre, representaron el 19,9% o 7.193 millones de euros.
RECORTE EN LA INVERSIÓN
De esos ocho mercados, el más importante en peso, por ingresos, es Argentina: 2.315 millones al cierre de 2018; y sólo otros dos países rebasaron la barrera de los 2.000 millones de euros, Chile y Perú, con 2.080 y 2.075 millones de euros, respectivamente. El menos relevante (y donde la hiperinflación ha hecho más mella), con mucha diferencia, es Venezuela, que sólo aportó a la caja de facturación de Telefónica 18 millones de euros durante todo el ejercicio pasado.
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Golpe de efecto de Telefónica para evitar su quinto año consecutivo de caídas en bolsaComparar la evolución de 2018 con los datos a cierre de 2019, también revela que durante este año, esos ocho mercados han reducido su rentabilidad. En concreto, su resultado bruto de explotación (Oibda) ha rebajado su peso del 19,1% (un agregado de 2.983 millones de euros) al 16,5% (1.890 millones).
Del mismo modo, ya ha rebajado la inversión o Capex destinado a estos mercados latinoamericanos. En 2018, acapararon el 20% del total (1.673 millones) y en los nueve primeros meses de este ejercicio se han quedado en el 14,4% (959 millones)
Sin embargo, el dato más significativo en número es la relevancia de estos ocho mercados en su plantilla: más de 3 de cada 10 empleados de Telefónica tienen su contrato en uno de estos países bajo revisión. Los ocho sumaban al cierre de 2018 casi 37.500 de sus más de 120.000 trabajadores a escala global.
IMPACTO EN LAS DIVISAS
Telefónica también justifica el cambio en su plan estratégico por el impacto que las divisas y la inflación en estos países tiene en sus resultados, sobre todo en Argentina y en Brasil (donde no tiene previsto su repliegue). Sólo en el tercer trimestre de este año, las divisas redujeron en 2.0 puntos porcentuales (p.p) su crecimiento interanual de ingresos y 1,5 p.p al Oibda, principalmente por el peso argentino.
En ese mismo sentido, la ‘teleco’ justificó a los inversores que, entre enero y septiembre de este año, “el impacto negativo de la depreciación de monedas a nivel Oibda (-391 millones de euros) disminuye significativamente en términos de generación de caja (-160 millones)", según su informe trimestral. Adicionalmente, el ajuste por inflación impactó en sus consolidados a septiembre restando 155 millones a sus ingresos.
A partir de ahora, con las cartas sobre la mesa, Telefónica analizará las diferentes alternativas para buscar socios, compradores o aliados, en un escenario donde la propia operadora asume que estos mercados no viven su mejor momento.