El grupo belga Punch ha propuesto, en su proyecto para industrializar las fábricas de Nissan en Barcelona, invertir unos 650 millones de euros y mantener empleos, después de que el fabricante automovilístico anunciase que dejaría de producir en sus instalaciones catalanas a partir del 1 de enero de 2022.
Así lo ha señalado, en una entrevista concedida a 'Europa Press', Andy Palmer, elegido por el grupo Punch para liderar la puja para la reindustrialización de Nissan en Barcelona.
Según ha desglosado, en primera instancia se invertirían unos 50 millones de euros por parte de la empresa, otros 50 millones adicionales que vendrán de ayudas del Gobierno y otros 100 millones provenientes de un préstamo respaldado por el Estado.
"Esto es para que el proyecto despegue y se instale. Luego, obviamente, a través del ciclo de vida del producto, a medida que realizamos cambios menores, serán necesarias otras inversiones, particularmente para introducir la tecnología del hidrógeno y desarrollar nuevos modelos, por lo que es cuando están contemplados otros 450 millones de euros", ha indicado Palmer.
En este sentido, el punto de partida de Punch será la propiedad intelectual del eNV200 y de la pick-up Navara de Nissan, de los cuales Palmer fue responsable de desarrollo en su etapa en el fabricante.
"Cambiaremos el enfoque de ambos vehículos de uno de venta minorista a uno que sea más un caballo de batalla", ha reivindicado el directivo, que ha añadido que se mantendrán en un primer momento las plataformas de los modelos y las inversiones se centrarán en los motores, para alcanzar los estándares europeos de emisiones e introduciendo mecánicas de hidrógeno a partir de 2025.
Aun así, ha indicado que también habrá que hacer inversiones en el producto para crear diferenciación de estilo y en la planta de pintura, que es "muy antigua", por lo que a ella se destinarán los 50 millones iniciales.
PUESTOS DE TRABAJO
En cuando a los puestos de trabajo, Palmer ha reconocido que, en un primer momento, sobrará mano de obra en comparación con la que en la actualidad emplea Nissan, ya que la empresa tendrá que adaptarse, por lo que serán necesarias unas 1.000 personas.
"Tendremos 1.000 empleados para finales de 2023 y 2.000 para finales de 2025. Entonces, si consideramos que hay menos de 2.000 empleados en la actualidad en Nissan, nuestras cifras superarán el escenario actual", ha subrayado, tras añadir que también se estarían garantizando los puestos en las empresas proveedoras.
Preguntado sobre cuántos vehículos se podrían construir al año, Palmer ha indicado que todo dependerá de las negociaciones con Nissan. Sin embargo, se podrían producir unas 25.000 unidades cuando el proyecto esté en marcha completamente.
El directivo, en la misma entrevista concedida a 'Europa Press', ha reiterado que se trata de un proyecto a largo plazo, que se centrará en propulsiones alternativas.
Palmer no ha querido hablar sobre los motivos por los que Nissan ha decidido abandonar su producción en España, pero ha recordado que se trata de un cambio "muy claro" en su estrategia, con la intención de centrarse en mercados como el japonés, el asiático en general y el estadounidense.
"Creo que si miramos los proyectos que se están presentando, algunos de ellos no necesitan realizarse en el sitio de la fábrica de Nissan. Se pueden hacer en cualquier lugar. La planta de Nissan en Barcelona es una fábrica de automóviles y nuestra propuesta es la única que se centra en la fabricación de automóviles, así que si están buscando aprovechar al máximo los activos que tienen y si están buscando replicar la cantidad de trabajos que hay hoy, entonces obviamente la fabricación de automóviles debería ser reemplazada por otra fabricación de automóviles", ha sentenciado.