Ángel del Valle, expresidente de Duro Felguera ha renunciado a cobrar 1,2 millones de indemnización a los que tiene derecho según la política de remuneraciones aprobada en la junta de accionistas del viernes pasado. De esta forma, se no se sumará a la larga lista de empresas españolas que han retribuido muy generosamente a los gestores que las llevaron a la ruina.
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Según dicha política, el anterior presidente y consejero delegado, que fue obligado a dimitir el 23 de noviembre por los bancos acreedores, tiene derecho a recibir una indemnización equivalente a dos anualidades. Como va a percibir un salario total de 611.000 euros con cargo a 2017, la indemnización que podría llevarse asciende a 1,222 millones.
Sin embargo, fuentes de la compañía explican que Del Valle no ha solicitado el abono de ninguna cantidad y aseguran desconocer las razones para ello. Otras fuentes añaden que, al verse obligado a irse por exigencia de los bancos acreedores, no iban a abonarle encima una indemnización. Aunque en otros casos parecidos el ejecutivo saliente ha llevado a la empresa a los tribunales para cobrar.
Los acreedores consideran que la familia Álvarez Areces -principales accionistas de Duro Felguera con el 24,4% y cuyo representante era Del Valle- son los grandes responsables de la crítica situación de la compañía, al haberse pagado como dividendo el grueso de los ingresos generados por los contratos logrados por la empresa.
SIN VARIABLE POR LAS PÉRDIDAS DE 2017
Y podría haber sido mucho más si además percibiera retribución variable, cosa que no va a ocurrir. En Duro Felguera, se sigue un sistema bastante anticuado: el bonus supone simplemente un porcentaje del beneficio (no hay otras variables que se tengan en cuenta, ni siquiera la cotización en bolsa). Y como el año pasado la compañía no obtuvo beneficios sino que perdió 227,5 millones, no se lleva nada.
Del Valle sí percibió el año pasado un seguro médico y otro de vida valorado en 250.000 euros. La doble anualidad como indemnización es un estándar de mercado, que suele ir acompañada de dos años de 'no competencia', en los que el ejecutivo no puede trabajar para una empresa competidora.
LEJOS DE LOS ESCÁNDALOS DE ABENGOA Y POPULAR
Esta actitud de Del Valle contrasta con la de otros responsables de arruinar a otras grandes compañías españolas. Así, el expresidente de Abengoa, Felipe Benjumea, se llevó 11,4 millones cuando dejó de gestionarla y su número dos, Manuel Sánchez Ortega, otros 4,5. Ambos fueron acusados de administración desleal y apropiación indebida, pero la Audiencia Nacional los absolvió en enero.
Otro ejemplo es el de Ángel Ron, expresidente del Banco Popular, quien tiene derecho a una pensión vitalicia valorada en la actualidad en 24 millones. El Santander, actual propietario del Popular tras comprarlo por un euro hace un año, se ha negado a dotar esta pensión y ha llevado a Ron a los tribunales.